En un entorno globalizado, en un tiempo de rupturas y de fronteras, donde las fobias generan fobias, encontrar la identidad personal suele ser una tarea difícil.
Quizás por eso se habla de sociedades y generaciones tristes o enojadas, frustradas, y a las que se les deteriora con mayor facilidad la salud física y mental.
Es justo ahí donde Daniela Leija, locutora, emprendedora, y aunque parece no gustarle el mote, una influencer local, marca con su estilo un límite sobre los límites.
“Definirte te limita” sentencia en un par de ocasiones, en una charla más que una entrevista, para M2.
En sus constantes ciber-interacciones en las que mezcla gustos contrastantes pero propios, puede hablar de su apasionado estilo alimenticio muy cercano al veganismo aunque asegura, fuera de lo radical; o de belleza; o de su espiritualidad y energía obtenida a través del yoga y la meditación; o de su ferviente y casi natural gusto por el rock y el metal, lo cual, le ha generado ciertas críticas.
“Me he ido conociendo, y con ellos me he ido dejando de identificar plenamente con algo, muchos prefieren encajar para un movimiento, pero ¿para qué?, ¿no me puedo limitar de esa manera?”.
Explica su manera de llegar al veganismo, hace cinco años, primero siendo vegetariana, luego asumiendo el rol identitario, pero sin caer en el peligroso “fanatismo”, pero fue señalada por el sector: primero porque ‘no podía ser vegana teniendo que cocinar carnes para su pareja’, que no tiene roles alimenticios; segundo por de repente, incluir lácteos en su dieta.
“Me decían que me definiera como ‘ovolacteovegetariano’, ‘pero qué es eso’, me preguntaba, por qué tengo que identificarme en eso, definirte te limita, hay gente que confunde la conciencia con decirte cómo vivir”, sentencia la joven comunicadora tampiqueña
Sus hábitos alimenticios viene de familia, asegura, no de una tendencia.
Recuerda que desde casa en su infancia se le inculcó la comida saludable, luego en el paso de los años, se fortaleció por los constantes análisis del desempeño y capacidades de su cuerpo.
“Mi alternativa alimentaria es por salud, por eso elegí la alimentación meditativa, esta me llegó por medio del yoga y la meditación, que te pide durante los retiros suprimas la proteína animal, y ya estando ahí descubrí que me sentía muy bien con ello” señala Leija.
“No es que siga una tendencia, y tampoco que sienta que influyo en alguien o intente decirles qué hacer, yo comparto lo que me gusta, realmente el único movimiento que puedo impulsar es el mío, y si eso le sirve a alguien, qué bueno… creo que los movimientos en favor de algo son buenos, pero luego se confunde, y terminan estando en prejuicios permanentes hacia los demás, juzgando todo lo que no les parece, y convierten su gusto en estilo de vida en algo como fanátismo religiosos o políticos” explica.
La escena rockera
En el caso del rock, es lo mismo. Su influencia entre la escena rockera local la ha llevado a ser parte de la imagen de eventos, sin embargo, muchas veces los mismos estereotipos la acechan.
“Es por naturaleza creativa, el reinventarte, si uso colores o hago otra cosa que pareciera me aleja de la escena rocker, pues no, yo solo me dejo fluir desde mi autenticidad. El rock es parte de mi vida, y mucha gente no entiende que puedo escuchar música metalera con todo y sus mensajes y también ser espiritual, pero es parte de lo mismo, de los límites”.
ELGH