Para muchas personas el hablar es algo común, sin mayor importancia, incluso hay una frase que dice: “Las palabras se las lleva el Viento”. Pero para los profesores, psicólogos y comunicadores, la palabra es una herramienta o elemento valioso, con fuerza y un impresionante poder.
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Ya que una serie de palabras puede ayudar en la formación de una persona, detenerla, impulsarla o destruirla, generar un conflicto o concluirlo, como ha ocurrido en diversos momentos alrededor del mundo. Por eso este 23 de noviembre se instituyó como el “Día Internacional de la Palabra”.
La opinión
“Hoy en día es importante reforzar el lenguaje hablado de forma correcta, pero sobre todo el escrito, porque nuestros niños son capaces de contarte o narrarte de manera oral qué hicieron el día de hoy, cómo les fue en las actividades al interior del salón.
“Pero cuando les dicen ‘ponlo por escrito’ es cuando se les complica la cuestión y su vida, porque no saben qué hacer. “Antes los programas y planes de estudio contemplaban que los alumnos elaboraran textos y diversos trabajos con monografías, bibliografías, reseñas y otras cuestiones.
Para el coordinador de la Licenciatura en Psicología de la Unidad Académica de Ciencias Jurídicas y Sociales de la UAT Campus Sur, Jorge Carlos Castillo de León, hay que cuidar lo que se dice a través de la emisión de la palabra. Ya que de acuerdo con la intencionalidad con la que se emita puede construir, destruir y dañar las emociones del receptor, pues toda palabra que sale de la boca tiene una fuerte carga emotiva, pero sobre todo proyectará siempre compromiso.
“La palabra ha jugado un papel relevante siempre, anteriormente con dar nuestra palabra en cualquier acuerdo o movimiento era como firmar un documento o hacer un pacto de sangre. “Nuestros padres o abuelos nos decían: ‘la palabra se cumple, hijo’; uno vale por su palabra y tenías que cumplir. Creo que las nuevas generaciones están faltas de darle peso a la palabra, pero hay que cuidarla al máximo, ya que una palabra es aprobación o rechazo, decisión y responsabilidad al emitir cualquier frase”.
La educación de antes Manifestó que cuando fue adolescente aprendió de forma directa y en carne propia el poder de la palabra y el costo cuando no se cumple con ella. Señaló que su maestra asesora de Matemáticas en la secundaria le preguntó: “Bueno, Castillo, ¿vas a ir al viaje de estudios sí o no?” Y un día decía si, y otro día decía no.
“Al final dije ‘sí’, y dijo ella ‘pues no irás porque no te incluí en la lista porque no defines tu palabra’, y eso me marcó. “Eso me marcó positivamente porque dije: ‘debo enseñarme a decidir y mantenerme firme y ser responsable con la palabra’ y eso ha marcado mi vida, mi actuar y mi liderazgo social hoy”.
Docentes participativos
La maestra de primaria y ex jefa del Crede en Ciudad Madero, Lorena Esmeralda Hernández Barrera, señaló como necesario que los docentes retomen al interior de las aulas con más énfasis el uso de la palabra para lograr acuerdos y sobre todo evitar conflictos. Pero antes de esto, enseñar a los alumnos a controlar sus emociones, ya que de lo contrario saldrán de la boca palabras sin pensar que podrían dañar emocionalmente a sus compañeros y generar un conflicto.
Ya que la palabra sin control es un arma de doble filo, así que a cuidar las palabras y ser siempre propositivo para lograr el entendimiento, más en estos tiempos de tantos cambios y problemas sociales. Por medio del diálogo se han evitado grandes problemas.