Discos de la semana: música para locos y reprimidos

Dos versiones de la música folk proveniendtes de sitios opuestos del mundo y el hombre al que podríamos considerar el padre del 'art rock' son las recomendaciones de esta semana.

'Ambient 1: Music for Airports', de Brian Eno; 'Keep Me Singing', de Van Morrison y Chicha Libre con 'Canibalismo' y '¡Sonido Amazónico!'
Alejandro de la Garza
Ciudad de México /
Desde la chicha de los Andes hasta el folk de Irlanda del Norte y uno de los experimentos más finos de Brian Eno, escuchen...

  • 'Keep Me Singing' | Van Morrison | (Caroline Records, 2016)

A punto de cumplir 72 años este 31 de agosto, el norirlandés Van Morrison tiene en circulación su álbum número 36, Keep Me Singing, editado a finales de 2016. (Mantenme cantando/ mientras estoy ganando / En espera de que llegue mi oportunidad / Manténganme cantando / Es un nuevo comienzo / Cuando mi día ya se fue).

Como en sus últimos tres o cuatro álbumes de estudio, Van Morrison hace un recorrido por las distintas facetas sonoras de su carrera con nuevas canciones. Su reconocido talento melódico para las rolas cachondas (con sus crecendos y lentos bien matizados) está en “Memory Lane”, “Out In The Cold Again” y “Every Time I See a River”. En tanto sus raíces más crudas y bluseras asoman en “Going Down to Bangor”, y su aspecto más Irish-folk suena en “Caledonia Swing” y “Too late”, si bien al endurecer los arreglos con la orquestación de metales y el requinto eléctrico, el folk se va transformando en pleno rock.

El más clásico estilo Van Morrison, con sus conexiones jazzísticas, el renovado órgano Hammond, el lucimiento vocal y la lograda poética se expresa en “Let It Rhyme” y en “The Pen Is Mightier Than the Sword” (con sus reminiscencia del superhit “Moondance”).

Finalmente encontramos la rola más melancólica del álbum: “In Tiburon”, título referido a la zona de la bahía de San Francisco con ese nombre. A 50 años del “verano del amor” en aquel puerto, Van Morrison habla de los bares, ambientes y parques donde se reunía con los poetas y escritores beat (Ferlinghetti, Kerouac, Ginsberg, Corso, Cassady), escuchaba en algún antro a Chet Baker tocar la trompeta o incluso presenciaba alguno de las radicales stan-ups del malogrado comediante político Lenny Bruce.

Van Morrison trabaja ya en un nuevo disco que editará en octubre con el título Roll With the Punches, así que mientras eso sucede, en este álbum insiste “manténganme cantando”.

[@Aladelagarza]

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  • 'Ambient 1: Music for Airports' | Brian Eno | (Polydor, 1973)
En la escena de la música contemporánea, pocos músicos —aunque él se describa a sí mismo como un “no músico”— han sido tan prolíficos y tan polifacéticos como el británico Brian Eno (Woodbridge, Inglaterra, 1948). Su incursión en el rock, más que por la influencia del blues o el rock ‘n’ roll, llegó de la mano de artistas tan vanguardistas como Cornelius Cardew, John Cage y Steve Reich, quienes compusieron música compleja que habría de influir de modo determinante los sonidos y los silencios del siglo XX.

A principios de los años 70, Eno cosechó fama como miembro de la agrupación seminal Roxy Music, que prácticamente habrían de inventar el estilo conocido como glam rock. Posteriormente, durante casi toda esa misma década, Eno emprendería una notable carrera como solista con álbumes tan trascendentes en la historia del rock como Here Come the Warm Jets (1974) —quizá una memoria de su infancia en Suffolk junto a una base aérea— y Another Green World (1975), cuyo sonido casi minimalista y elegante sentaría las bases de una infinidad de subestilos musicales como el Art Rock y el Proto-Punk.

Y en esas lides de crear estilos musicales prácticamente de la nada, Brian Eno demostró estar en la punta de la lanza de la experimentación musical con el álbum que nos ocupa, el cual sin lugar a dudas dio vida al género que hoy conocemos como ambient.

Si estás familiarizado con este estilo, sabrás que se caracteriza —justamente— por brindar mullidas atmósferas y ambientes musicales con instrumentación escasa y puntual, la cual no exige mucho involucramiento por parte del escucha. No obstante, en el caso de Ambient 1: Music for Airports es difícil no sustraerse y dejarse llevar por la placidez de las simples melodías que Eno confecciona en el piano, las cuales presenta cordialmente envueltas por acordes armónicos del sintetizador —que lo mismo suenan a órganos que a pianos o voces— y otros elementos incidentales que nutren cada una de las cuatro composiciones que integran el álbum, las cuales tienen nombres tan crípticos como “1/1”, “1/2”, “2/1” y “2/2”.

La riqueza sonora del álbum y los estados de ánimo tan variopintos que cada una de las composiciones genera en el escucha atento —y que se alejan radicalmente de cualquier concepción que uno podría tener sobre la plástica y anodina “música de aeropuerto”— son suficientes argumentos para prestar oídos nuevos a este álbum germinal, que está a punto de cumplir 40 años.

[@fcomasse]

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  • '¡Sonido Amazónico!' y 'Canibalismo' | Chicha Libre | (Independent Recordings)

Como tantos otros músicos no hispanos, los sonidos del folclor latinoamericano sedujeron a Oliver Conan (creció en París, pero ha vivido en Estados Unidos desde 1984, de modo que ha nutrido —y se ha nutrido— de la escena musical neoyorquina).

Un viaje a Perú en 2005 lo llevó a descubrir la chicha —conocida popularmente como cumbia peruana y cuyo nombre hace referencia a una bebida tradicional andina—, un género renovador para los músicos sudamericanos a finales de los sesenta. Descrita como el funk del Amazonas, la chicha no logró superar su propia geografía, entre otras cosas por el contexto político y económico que bordeaba por entonces —y quizá aún ahora— a los países hispanoparlantes.

Conan se enamoró de esa mezcla de melodías andinas y ritmos africanos, entintada con pinceladas de psicodelia y surf.

De vuelta en Brooklyn, Conan emprendió la titánica labor de predicar la chicha fuera de Perú. Fundó el sexteto Chicha Libre y editó ¡Sonido Amazónico! en 2008, del que destacan canciones como “Primavera en la selva”, “Tres pasajeros”, “Popcorn andino” y “La cumbia del zapatero”.

Su segundo álbum, Canibalismo, fue lanzado en 2012. Una reinvención wagneriana de "La cabalgata de las Valquirias" y fusiones como "L'Age d'Or", "La danza del millonario" y "Number 17" son algunas de las joyas.

Ambos discos están ahora disponibles en una edición doble cortesía del sello mexicanos Independent Recordings.

[@angelsots]


ASS

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