"No se puede estandarizar vivienda y repetirla en serie": Juan Carral y Juan O’Gorman tras proyecto en Cancún

El arquitecto Juan Carral O’Gorman y el abogado Juan O’Gorman Merino encontraron en la colonia Donceles de Cancún la posibilidad de crear un gran proyecto

Donceles es un proyecto liderado por arquitectos mexicanos | Especial
México /

Escuchar el apellido O’Gorman conlleva una connotación artística y social. Juan Carral O’Gorman y Juan O’Gorman Merino crearon un proyecto en Cancún como inversión financiera y, al mismo tiempo, que generara y permeara cosas buenas en una población con desigualdades sociales.

El comienzo no fue sencillo, y parte de ese recorrer se encuentra plasmado en el libro Repensar la vivienda suburbana (Arquine, 2021). La colonia Donceles 28 fue concebida en los años 80 como un espacio de vivienda de interés social para la clase trabajadora, cuando Cancún iniciaba; hoy, a pesar de que ocupa un lugar céntrico, ubicada al este y sur de las avenidas Bonampak y López Portillo, ha sido considerada como el vecino incómodo.

Juan Carral O’Gorman, quien vive en Cancún, comenta en entrevista con MILENIO que su llegada a Donceles fue en 2013, a una “zona de interés social deteriorada, con predios abandonados, en mal estado, lo cual se traduce en una oportunidad de comprar, demoler y construir, pero también encontré un lugar con oportunidades y posibilidades.


“Con mi grupo, decidimos invertir un dinero en mejorar el espacio público, afuera del edificio, e hicimos una vivienda que no existía en el mercado en ese momento: una vivienda de 40-45 metros cuadrados para parejas, personas solas, estudiantes, solteros, divorciados y un perfil de la sociedad que ni busca ni le sirve la vivienda común institucional”.

El proyecto comenzó con un edificio en diciembre de 2015, y para 2021 ya han sido construidas decenas de unidades. “Donceles para nosotros es una muestra de cómo ayudar a regenerar el barrio. Lo que hemos hecho con nuestros edificios es privilegiar el uso comercial en la planta baja, luego poner unas viviendas arriba y siempre usar las azoteas como un lugar de esparcimiento, balanceando tu vivienda pequeña con una terraza azotea habitable”.


¿Qué se necesita para que este modelo sea replicado?

Hay un concepto que me gusta, que es el dinero valiente. Hay dinero que se sigue invirtiendo en zonas que supuestamente son seguras, que supuestamente aseguran la plusvalía; para mi gusto es muy timorato. Necesitamos que haya arquitectos que hagan las cosas, construyan sus edificios haciendo una estructura más esbelta, de operación y de negocio como nosotros. Necesitamos dinero valiente, además de aprovechar las oportunidades que existen en las ciudades deterioradas en las que se puede comprar más barato. Necesitamos dinero que crea que la arquitectura y la gente puede hacer un cambio social, que se invierta en donde probablemente mucha gente no lo haría porque está feo o inseguro, pero justo esos edificios hacen más segura la ciudad.

¿También se necesitan arquitectos valientes?

Necesitamos arquitectos que dejen de estar pensando que la arquitectura con el lado artístico va a salvar al mundo, y que se metan a la banqueta a construir, a mezclarse con tejidos sociales, a entender que el dinero puede generar dinero, y a hacer una arquitectura que responda a condiciones, primero del sitio, a condiciones del clima, sociales y económicas. La vivienda para mí es una ciencia: no necesitamos ni tanto talento ni una vocación artística para hacer una buena vivienda, necesitamos meternos a hacer las cosas, ejecutar lo más rápido y sencillo posible. Pensar que el simple hecho de construir es una actividad tan noble que puede transformar el tejido social.


Entonces, ¿cuál es la mejor vivienda?

Es la que está en la ciudad, la que te hace sentir igual que tu vecino, la que está conectada con la banqueta, la que necesitas y puedes pagar, es una vivienda que puede transformarse con el tiempo. La mejor vivienda es la que tiene costos operativos bajos.

¿Cuál es el papel del gobierno en lugares como Donceles?

El gobierno está rebasado con problemas inimaginables: inseguridad, deterioro social. Creo que Donceles es una oportunidad en la que el capital privado ha demostrado ser un caso de éxito porque hemos mejorado el nivel de vida, el nivel de seguridad de la colonia. El gobierno debe vigilar la práctica privada para que sus intereses sean uno, pero también que la ciudad y el entorno sea beneficiado.

Lo que no me queda claro es qué tipo de ciudad quiere el gobierno, porque lo que se debe tener claro es la idea de ciudad: la ciudad social y económica que necesita nuestra sociedad. El gobierno, de entrada, necesita tener una visión clara de la ciudad para hacer las normas y vigilar al desarrollador privado y hacer todo lo contrario de lo que se lleva haciendo. El desarrollador privado tiene que tener la capacidad de hacer ciudad y, si no la tiene, el gobierno tiene que orientarlo, porque hacer bardas en serie detrás de una pluma y un guardia es matar la ciudad.


¿Qué pasa con la vivienda en la ciudad? ¿Cada vez es más pequeña e impagable?

Es cierto que la ciudad central se va revalorizando porque después nadie quiere vivir en las afueras y la única opción es regresar al centro urbano que te ofrece una calidad de vida y una cantidad de cosas y servicios que hacer, que los nuevos desarrollos no. El reto para arquitectos, desarrolladores y gobiernos de este siglo es generar ciudad, es hacer ciudad que se te antoje ir a visitar a las afueras porque hay un centro de barrio que, si está bien hecho, es igual de atractivo que el centro que hoy es impagable.

Las ideas de vivienda en serie pensadas en los que menos tienen tampoco han funcionado. No se puede estandarizar la vivienda y repetirla en serie porque necesitamos viviendas distintas para necesidades distintas.

¿Hay solución? ¿Se puede rescatar la ciudad?

Sin duda, claro que sí. Solamente necesitamos ver que la arquitectura puede ser una vitamina de inyección a los barrios para traer nuevas personas; hay colonias que están en decadencia; con nuevas ideas, personas e intenciones, mejora todo. Tenemos que ser arquitectos eficientes, eficaces y pensar que la arquitectura más que bonita tiene que ser realizable. Claro que si la realizamos con una comisión estética, qué mejor.

En el proyecto participan además Victor Ebergenyi, OH Abogados y Grupo MCMG, todos con un firme pensamiento: más allá de cuántos edificios, lo que se hace es probar que debemos regresar a un modelo de ciudad que ya existe: una ciudad mixta, en el sentido de que pasan cosas en la planta baja y que le dan una vida a la banqueta y a la vivienda en los niveles superiores.

En la Bienal de Venecia

El arquitecto Juan Carral O’Gorman confirma que su participación no les dejó mucho. “En el pabellón de México no exponen los proyectos de forma correcta, si bien es una pieza interesante, la verdad es una lástima: no solo lo de Donceles, sino de otros proyectos que no se entendieron. Me deja pensar que algo estamos haciendo bien y que encajó como anillo al dedo por el tema, que era una visión muy social,“Cómo vamos a vivir juntos en el futuro”. Yo vivo en Cancún, en Donceles, y la Bienal nos muestra que vamos bien y que podemos seguir haciendo esto que puede ser replicable. Cada zona tiene posibilidades, hay que meterle dinero, para hacer viviendas agradables hasta de 30 metros cuadrados”.

bgpa

  • Viridiana Contreras
  • viridiana.contreras@milenio.com
  • Reportera y coeditora. Licencia en Comunicación y Periodismo en la Facultad de Estudios Superiores Aragón (UNAM). Doce años en el periodismo cultural.

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