Gislenne Zamayoa es una talentosa y reconocida arquitecta, especialista en diseño y urbanismo sostenible. Es la única mujer transgénero acreditada por la Secretaría de Protección Civil para realizar dictámenes estructurales a partir del terremoto del 19 de septiembre de 2017. Ella merece que su historia de vida y logros se cuenten para que no sean reducidas a sus genitales, porque enfocarse solamente en ellos es deshumanizante e inaceptable.
“El que una empresa diga que es diversa es como si me invitara a una fiesta. Una compañía que realmente es inclusiva me saca a bailar toda la noche”.
En un mundo dominado por el heteropatriarcado, la ONU la invitó a dar un mensaje para empoderar a las jóvenes de las siguientes generaciones, pues no se les debe estigmatizar simplemente por ser “el sexo débil”. Se les dice que no pueden estudiar matemáticas, ser biólogas o químicas, a diferencia de los hombres, por ejemplo. “En mi caso, le he quitado y restado fuerza a la dominación social y cultural que justifica el sometimiento que realiza el género masculino sobre la mujer”.
A los 24 años tuvo su primera gran oportunidad como diseñadora y arquitecta autosustentable en Coca Cola. Ahí pudo proponer proyectos que nadie había hecho, como espacios cómodos para los empleados que terminaban exhaustos de sus jornadas laborales; también trabajó en la Dirección de Operaciones Técnicas de las plantas y de las distribuidoras. Posteriormente Apple la contrató para que diseñara ocho tiendas MacStore en México.
Cuando terminaba de trabajar iba a distintos bares para tantear el terreno, ahí platicaba con personas transgénero para saber cómo habían vivido su transición.
En esa época tuvo una crisis muy intensa y su colon estalló. Cuando la ingresaron en el hospital una psicóloga le dijo que tenía disforia de género. Gislenne lloró mucho, fue en ese momento que decidió realizar su transición a mujer.
¿Por qué te llamó la atención la arquitectura?
Cuando tenía cinco años me sentaba a ver las caricaturas y me ponía a rayar lo que veía, y lo que más me fascinaba era usar mi mente y mi imaginación, que me permitieron liberar mi talento artístico. Mis papás me dejaban voltear de cabeza los sillones y cojines, salía al patio por pedazos de lámina, maderas, y cuando ellos llegaban veían que su sala era de tres dimensiones con pasadizos y otras cosas. Ahí me di cuenta de que tenía pensamiento espacial y empecé a enfocarme en eso. A diferencia de los demás niños que querían coches de control remoto, yo pedía juegos didácticos, cubos y piezas de madera para armar y mover estructuras. Jugaba por horas, a veces con mis hermanos.
Comencé a leer libros sobre arquitectura, de los materiales, veía documentales en National Geographic; leí sobre los proyectos de Le Corbusier y Frank
Lloyd Wright, también acerca de los grandes arquitectos e ingenieros.
¿A qué edad supiste que eras trans?
Desde los tres o cuatro años. El disco duro ya viene así. No puedes cambiar algo que es natural, no se puede seguir pensando que es una patología porque es parte del condicionamiento humano. No creo que alguien nace en el cuerpo equivocado, quizá deberíamos preguntarnos cuál es el cuerpo correcto. Que una persona tenga la posibilidad de tener los dos géneros debe ser una bendición. Es necesario aprender a conocer lo diverso, que es lo que nos hace humanos. Necesitamos que la sociedad sea tolerante, no está acostumbrada, simplemente le tiene miedo a lo desconocido. Para mí lo trans es un sentido cultural y de educación.
Gislenne creó el Grupo de personas trans x los objetivos, para dar a conocer todo lo positivo de ser transgénero y, sobre todo, para darle visibilidad. Tiene una página en Facebook con más de 4 mil 500 personas. El grupo tuvo mucha repercusión en Francia y Estados Unidos antes que en México. Fue entonces cuando comenzó a incursionar en el activismo.
“Tenemos que aprender a convivir y a reforzar los lazos. El problema no es ser trans, sino el condicionamiento social que hay. Yo no busco dejar un legado, solo quiero que el día de mañana si alguien dice que las mujeres no pueden innovar, emprender, propiciar cambios, sepa que si ellas se encuentran con cualquier tipo de obstáculo dirán: ‘Aquí estamos’”.
¿Qué proceso vives para ser respetada?
Quienes no tienen genitales femeninos no dejan de ser mujeres. En el ámbito transgénero se acepta ser distinta/o al género que se te asignó al momento de nacer. La transición no debería de ser hormonal. Desafortunadamente vivimos en un sistema genitalista en el que tiene mucho peso decir varonil o femenil porque tiene una connotación ideológica a partir de los estereotipos; esto tiene que cambiar. Hay hombres con vulva y mujeres con pene. Para la sociedad existimos en una burbuja, que estamos lejos, que vivimos en horarios nocturnos y no nos desenvolvemos en sus espacios heteropatriarcales y en su sistema totalitario masculino.
La visibilidad es lo que va a salvar las propuestas laborales, los cambios, las leyes, las normativas, la inclusión y el desarrollo social, porque cada vez más la presencia de la población LGBTQ+ es evidente. Cuando esto suceda por completo no solo nos vamos a dar cuenta de que todo valió la pena, sino que también estaremos en un plano de equidad. ¿Por qué una persona trans no puede ser astronauta o presidente de un país? Si tiene la capacidad y la resolución para llevar ese gran peso sobre sus hombros, lo puede hacer.
¿Eres feliz contigo?
Estoy en armonía. Creo que tener salud, empleo y lazos, ya sea de amistad o de una relación sentimental, es maravilloso en esta época. No he tenido buenas parejas, he sufrido y aprendido que no puedo estar con el corazón abierto. Mi madre me dijo que ese era mi gran defecto, que era muy fácil que alguien me clavara una daga porque yo no me daba cuenta, y sucedió. Soy muy querendona y me dejaba llevar; ya aprendí y sé lo que no quiero, como la violencia. Lo que me hace sentir vulnerable es perder el control de mis decisiones.
Vale la pena que las personas nos pregunten cómo nos sentimos o que nos digan cómo se identifican con quienes somos trans. La sociedad debe ser respetuosa y tolerante. Lo que tiene que hacer quien apoya a alguien transgénero es darle un abrazo y brindarle amor, cariño y apoyo, hablarle bien y respetar el género con el que se identifica.
Cada vez más nos volvemos una unidad en cuanto a la consolidación de un movimiento que conforma a amigos, amigas, activistas e integrantes de la comunidad. Le demostramos a la humanidad que aquí estamos y seguiremos estando. Seguramente hoy somos 20 millones, no me considero una minoría.
Maestrías y posgrados
Estudió arquitectura en diseño y urbanismo en la Universidad Piloto de Colombia. Tiene una maestría en Sostenibilidad y Biomimética en arquitectura Antonio Gaudí, por la Universidad Politécnica de Cataluña, además de varios posgrados.Su empresa Arquia se dedica a la creación e investigación de arquitectura y diseño sustentable. Ha elaborado diversos proyectos en Ciudad de México como el diseño, dirección de obra, construcción y remodelación de la fachada del complejo habitacional sustentable en Lago Garda, entre otros más.
bgpa