Felipe de Edimburgo se convirtió en miembro de la familia real británica tras casarse con la reina Isabel II, hija del rey Jorge VI de Reino Unido, en 1947. La vida pública del duque ha estado envuelta en numerosas polémicas e, incluso, sus declaraciones y comentarios en tono irónico, además de su explosivo temperamento, han acaparado los titulares de la prensa.
El duque nació un 10 de junio de 1921 en la isla griega de Corfú. Hijo de la princesa Alicia de Battenberg y del príncipe Andrés de Grecia, Felipe tuvo que abandonar el país con tan sólo 18 meses de edad, escondido en una caja de frutas, en un barco británico con el resto de su familia.
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Tras lo sucedido, la madre de Felipe sufrió episodios de depresión que la llevaron a refugiarse en el convento cerca de París, lo que marcó la infancia del duque de Edimburgo, esto sumado a la ausencia de una figura paternal.
El día que Felipe de Edimburgo conoció a Isabel II
Durante su infancia, Felipe asistió a varios colegios en Europa. Después de visitar escuelas en Reino Unido y Alemania, el joven príncipe terminó en un estricto internado escocés.
Con ayuda de su tío, lord Luis Mountbatten, Felipe obtuvo la nacionalidad británica, lo que le permitió unirse a la Marina Real del Reino Unido, donde consiguió ascender al grado de teniente. Cabe mencionar que participó en algunos combates durante la Segunda Guerra Mundial.
A los 18 años de edad, Felipe conoció a Isabel, quien entonces tenía 13 años. Los jóvenes quedaron perdidamente enamorados y, a pesar del polémico pasado de la familia de él, se casaron ocho años después.
La boda de la reina Isabel II y Felipe
La pareja celebró su matrimonio el 20 de noviembre de 1947; sin embargo, para casarse con la heredera al trono británico, Felipe tuvo que renunciar a su religión ortodoxa, sus títulos de nobleza anteriores y su lealtad a Grecia.
La reina Isabel II y Felipe tienen cuatro hijos: Carlos, heredero de la corona del Reino Unido, Ana, Andrés y Eduardo. En 2017, el duque de Edimburgo renunció a la actividad pública.
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