Boca de Agua en Bacalar. El hotel fusiona arquitectura, naturaleza y sostenibilidad

En el paisaje de la arquitectura contemporánea, surge un oasis en la Península de Yucatán que redefine los límites entre la comodidad, el lujo y el compromiso con la naturaleza y el planeta

Imágenes: cortesía de Boca de Agua
Sarah Gore Reeves y Lorena Domínguez
Ciudad de México /

Frida Escobedo, arquitecta mexicana, se graduó en Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Iberoamericana, y tiene una maestría en Arte, diseño y el dominio público por la Universidad de Harvard. Escobedo es reconocida como uno de los perfiles más destacados en su campo. Su carrera ha sido un viaje de exploración constante, desafiando los límites convencionales de la arquitectura y experimentando con proyectos que abarcan desde viviendas sociales hasta la rehabilitación de espacios culturales y creaciones temporales.


En su extenso catálogo de obras destaca una creación excepcional: Boca de Agua, un ejemplo de cómo la arquitectura y el diseño pueden abrazar la naturaleza en lugar de someterla. En una entrevista exclusiva, Escobedo comparte su visión detrás de este proyecto y cómo la pandemia ha influido en su enfoque hacia un diseño más íntimo y natural. Sus logros y perspectivas han inspirado a una nueva generación de arquitectos y diseñadores.

Sostenibilidad como pilar fundamental

Escobedo explica que desde el principio, el proyecto se concibió para reducir el impacto negativo al medio ambiente: “Boca de Agua se diseñó con un enfoque en minimizar el impacto ambiental. Integrar el paisaje como una ruina permite que la naturaleza reclame gradualmente las estructuras, mientras que elevar las habitaciones facilita que la vegetación fluya por debajo, reduciendo la huella en el terreno”, explica. Este enfoque minimalista no solo respeta la belleza del entorno natural, sino que también crea una experiencia única, en la que se puede disfrutar tanto del interior como del exterior.

Imágenes: cortesía de Boca de Agua


Integración natural: un vínculo indisoluble

La naturaleza en el diseño del hotel es más que un aspecto estético, es un compromiso profundo con el entorno circundante. Desde las habitaciones hasta los espacios públicos, como las albercas y las áreas recreativas, cada rincón ha sido concebido para reafirmar la conexión con la naturaleza. “La premisa del proyecto es fusionarse con el entorno en lugar de dominarlo –enfatiza Escobedo–. Queríamos que la naturaleza se convirtiera en una parte integral de la experiencia de los huéspedes, creando así un ambiente que inspire calma y paz”.

El impacto de la pandemia: redefinición del diseño

La pandemia, una fuerza que ha transformado la forma en que vemos el mundo y nuestras necesidades, también dejó su huella en el diseño del espacio. Escobedo comparte cómo este desafío mundial influyó en su enfoque: “En este nuevo mundo, la gente busca espacios que los conecten con el exterior. Esta fusión entre el diseño y la naturaleza nos permitió crear un espacio de hospitalidad que no solo es estéticamente atractivo, sino tranquilizador para el alma”.

Un consejo para los arquitectos del futuro

Para los jóvenes arquitectos, Escobedo ofrece un consejo: “Sean pacientes y consideren cómo su trabajo se relaciona con otras estructuras y procesos. Pregúntese qué sucede antes y después del diseño”. Boca de Agua, su primer proyecto de hospitalidad, es un testimonio de esta filosofía. Para Escobedo, este lugar no es simplemente un hotel, es una lección de humildad y conexión con nuestro entorno.

Boca de Agua en Bacalar /Imágenes: cortesía de Boca de Agua


La transformación de la perspectiva de Frida Escobedo

Este lugar ocupa un lugar muy especial en el corazón y la mente de la arquitecta. Más que un proyecto arquitectónico, Boca de Agua representa para ella la generosidad en el diseño. No solo ha sido un desafío arquitectónico, sino también una fuente constante de inspiración que ha moldeado la perspectiva de Escobedo y, en última instancia, ha dejado una huella en el mundo de la arquitectura.

Compromiso con el futuro

En un mundo en el que la naturaleza a menudo es sacrificada en aras del progreso, este proyecto nos recuerda que es posible vivir en armonía con nuestro entorno. Más que un hotel, es un compromiso con un futuro donde la arquitectura no solo es hermosa, sino también amigable con nuestro planeta.

Para Escobedo, la importancia del hotel radica en su capacidad para fusionar lo humano con lo natural de una manera que va más allá de la mera estética. Es un testimonio de cómo el diseño arquitectónico puede integrarse armoniosamente en el paisaje circundante, respetando y honrando la belleza natural. El enfoque del diseño se adaptó para centrarse en espacios íntimos y en la conexión con la naturaleza. Este ajuste no solo habla de la versatilidad del proyecto, sino también de su capacidad para evolucionar y responder a las cambiantes condiciones del mundo. _

mrevistademilenio.com

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