Ostiones, chocolate, miel o fresas son solo algunos de los alimentos que se suelen asociar con la líbido y el sexo. Se cree que sus componentes mejoran el rendimiento sexual en algunos casos o incrementa el deseo, pero antes de que corras al supermercado a comprarlos previo al 14 de febrero te conviene leer esto.
De acuerdo con un estudio de 2015 publicado en International Society for Sexual Medicine, la mayoría de los alimentos que se piensan como afrodisiacos, no tienen los componentes para elevar tu deseo sexual y sólo funcionan porque tú crees que así debe ser, como un efecto placebo.
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Para llegar a esta conclusión, los investigadores analizaron los resultados de varios estudios que asociaban el sexo con los afrodisíacos, mismos que relacionaron con la eficacia de ciertas sustancias para elevar el deseo sexual. Su conclusión fue que hay varios alimentos que no poseen ninguna de esas cualidades, mientras que para otros es necesario tener más estudios.
Por ejemplo, encontraron que la miel no sirve hará que tu libido incremente, sin embargo varios estudios señalan que su alto contenido de vitamina D ayuda a la estimulación de la producción de testosterona, responsable de la excitación.
Otro de los alimentos famosos por sus poderes sexuales es el chocolate; pero lamentamos decirte que no te ayudará tanto, pues aunque tiene feniletilamina, un neurotransmisor que hace el cerebro receptivo a las emociones, en realidad las pequeñas dosis que encuentras en el chocolate no le harán ni cosquillas a tu cerebro por sí solo.
Los ostiones, por su parte, se cree que dan vigor al momento de tener una relación sexual, pero ninguno de sus componentes, como el agua, las proteínas, sales y minerales como el potasio o el calcio harán que seas todo un tigre en la cama.
Aunque no se ha demostrado que no funcionan a nivel químico, estos alimentos sí sirven para la sesión previa de besos y caricias, que ayudarán a entrar en calor y prepararte para el acto sexual. Así que te recomendamos intentarlo, teniendo en cuenta que sus efectos están más en tu mente que en los procesos químicos.
mrf