Para los amantes del vino, hay un lugar obligado para visitar en el norte de México: el Valle de Guadalupe, Ensenada; una de las regiones vitivinícolas más importantes del país.
Decenas de vinícolas continúan una actividad que comenzó a principios del siglo XVIII con la llegada de los jesuitas a la península de Baja California.
Actualmente, el enoturismo, o la actividad turística derivada de la producción de vino, ha fomentado a los vinicultores a abrir sus puertas y mostrar el proceso de producción al público.
Según el Comité Provino de Baja California, el cual es presidido por Fernando Pérez Castro, el consumo en México llegará a 180 millones de litros anuales; se espera que la mitad sea de vinos mexicanos.
Fernando nos recibió en los viñedos de Lomita, situada a 15 minutos de la costa del Océano Pacífico, para explicarnos cómo se hace el vino. Desde que las vides son cosechadas hasta que se guardan en barricas que les darán sus olores característicos.
RL