En la esquina de Julio Verne y Virgilio las historias se producen cada vez que entra un comensal a Bellopuerto, el restaurante de Roberto Hernández, quien define su lugar como “una pequeña playita en medio de Ciudad de México”.
La intención, añade al dar la bienvenida a sus invitados, “es ser un lugar que no sea tan pretencioso, aquí no necesitas gastarte mucha lana, ni ponerte la corbata para comer bien y estar en un lugar lindo”.
La ambientación que remite a la orilla del mar con sus palmeras, las diversas tonalidades de azul que casi llegan al verde en los diversos elementos de su decoración, las estrellas de mar, las redes y los cocos que, además sirven para preparar los cócteles, y la cortesía del servicio; dan fe de sus palabras.
“Lo que ofrecemos es un lugar relajado, tranquilo y eso no está peleado con la calidad y con las buenas cosas”, agrega el anfitrión, quien adelanta que los platillos que se servirán “serán dos tiempos, tres entradas frías y unos platillos que van calientes, pensando en la dualidad del clima, en esta época, pues cuando vas a la playa en el día está el calorcito y por la noche con la lluvia siempre refresca”.
MARIDAJE CON VINOS ELEGANTES
Martín y Ángel Luna, los dueños de Casa Luna, que comparten la mesa con los invitados de Roberto, escuchan con atención al anfitrión y se enorgullecen cuando destaca que ha encontrado unos vinos ideales para la propuesta que está sirviendo en este verano.
“Cuando conocí a Casa Luna, algo que me encantó es que son vinos muy elegantes, pero también muy fáciles de llevar en toda una tarde deliciosa de sobremesa, de muy buena comida”, dice antes de ceder la voz a los dueños de la vinícola cuya historia inició un poco antes de la pandemia.
“Somos una bodega del valle de Guadalupe, de un poblado que se llama Francisco Zarco, donde se materializa la pasión por el vino que tengo desde muy joven”, dice Martín, mientras el desfile de platillos se aproxima a la mesa.
Ostiones en su concha atraen las miradas de los comensales, justo cuando se empieza a servir el primero de los tres vinos de Casa Luna, “un Sauvignon Blanc”, que se ha dispuesto para la comida.
Justo cuando Martín añade: “Es tanta mi pasión por la comida y el vino, que dije: ´ ¿Por qué no arrancó un proyecto donde me pueda realizar de esa manera? ´, en el cual incluyó a sus hijos “para hacer un negocio familiar. Y así nace Casa Luna”.
Tiritas de Zihuatanejo con totoaba da secuencia en la fiesta gastronómica de mar, al tiempo que Martín comparte la filosofía de su vinícola.
“Trabajamos en una filosofía de hacer vino, porque todo mundo puede intentarlo, pero hacer un producto con un sentido filosófico, con un objetivo y con una planeación estratégica, le da otra dimensión”.
El turno de los platos calientes ha llegado a la mesa así que para seguir deleitando al paladar llega un Fetuccini con cremoso con camarones al ajillo y uno de los platillos estrellas del restaurante, Lobina a la mantequilla con jitomates cherry, explica el mesero y los Luna recomiendan el maridaje con Granage Blanc.
Ángel Luna, quien acompaña a su padre en la presentación de sus etiquetas, comparte que además de que les gusta hacer vinos “también nos gusta mucho el romance del vino y contar historias.
Así que “con Padre e hijo, un vino tinto”, con el que buscan la identificación de los amantes del vino que están en esas facetas; inician un concepto que, inspirado en distintas relaciones “como puede ser la de un padre y una hija o dos hermanas, etc., buscan “explorar los lazos familiares para crear una gran platica mientras degustas el vino”.
El Pulpo marinado en achiote con verduras al grill, que primero acapara las miradas y apenas se degusta conquista al paladar, se propone disfrutar con la etiqueta rosada de Casa Luna.
Parece el final de la exquisita historia que ha provocado el maridaje entre Bellopuerto y Casa Luna, pero aún hay tiempo para disfrutar el desfile de helados, cuyos colores y sabores provocan los sentidos, que sucumben ante la vainilla, matcha y chocolate.
Claves
Distinción
- Casa Luna posicionó este año 5 de sus etiquetas en La Guía Peñín.
- Casa Luna Reserva 2017, Sauvignon Blanc 2022, Padre e hijo 2020, Blanco 2022 y Rosado 2022.