Acompañado de los sabores de Acapulco (los cuales ha concentrado en el libro “Acapulco de mis sabores” que recientemente presentó), el chef Eduardo Palazuelos se convirtió en protagonista de Millesime GNP Weekend por partida doble, en San Miguel de Allende.
De entrada, enalteció los ingredientes de su natal Acapulco en la comida que ofreció a prensa e invitados en Zibu Allende, su sede en el hotel Live Aqua. Ahí lo mismo destacó la riqueza del maíz, ingrediente base para el tercer platillo que sirvió, Chilpatli (esquites con calabaza), después de haber llevado a la mesa Tostada de atún, una fresca Ensalada de camarón y una Almeja blanca con mantequilla de jengibre.
“Estas almejitas nos llegaron hoy por avión de Ensenada, son las almejas reinas blancas, las preparamos al horno de carbón a las brasas, solo con mantequilla de jengibre y un toque de soya”, dijo el chef, quien recorrió cada mesa para presentar su propuesta, entre ellas donde estaba David Gauna, director de Live Aqua, y Bety Ramírez, su esposa.
Tras servir el platillo rey del menú, Papada de cerdo (en mole verde), llegó el postre para sorprender a los comensales y seguir consintiendo al paladar.
“Ahora para el postre tenemos un mousse de mango con mezcal guerrerense y le pusimos unos chapulines y un shot de chilate, que es una bebida de cacao, arroz y canela, tradicional de Guerrero, para acompañar”, explicó el anfitrión.
Tras servir la comida, el chef se refirió a la importancia que tienen eventos como Millesime GNP Weekend para la gastronomía.
“Es muy importante porque congrega a lo más selecto de la industria, uno como visitante, en tan solo unos metros puede conocer y disfrutar un sinfín de sabores, olores, texturas y eso lo hace muy especial, porque nos es fácil que logres congregar a tantos chefs, por eso me siento muy honrado de representar a Live Aqua San Miguel, a Zibu Allende en este evento que se ha convertido en uno de los clásicos de San Miguel de Allende”.
De igual manera el acapulqueño celebró que la Guía Michelin haya llegado a nuestro país.
“Ya era hora de que llegara la Guía Michelin, esperemos que pronto abarque más estados; es un gran referente para el turismo internacional que nos visita. ¿Qué chef no ansia tener una estrella en su curriculum?”.
Aunque el guerrerense destacó que hay otros premios que también son importantes para la gastronomía.
“También tenemos otros reconocimientos como el de Marco Beteta, todos tienen sus verdades y es bonito seguir haciéndole honor a la cultura gastronómica mexicana”, dijo.
Y se refirió al efecto que puede tener un premio.
“Cuando hago un restaurante, siempre los hago esperando ser reconocido, porque eso motiva al equipo de trabajo, al personal y a la idea de buscar ser mejor”.
Sin embargo, el chef destacó que “el mejor reconocimiento es el del día a día, el de los comensales, el de la gente que viene o visita tu lugar y que se va feliz porque le gusto nuestro trabajo, un trabajo que nos apasiona, por eso buscamos que cada comensal se lleve una nueva experiencia”.
La mejor manera de ayudar a Acapulco es visitándolo
De origen guerrerense, el chef compartió su deseo porque la gente siga apoyando a Acapulco, pues si bien el puerto poco a poco se recupera; comentó que todos podemos colaborar para su recuperación.
“Acapulco fue muy golpeado por Otis, afortunadamente poco a poco nos hemos ido levantando, lo cual confirma que las heridas se pueden sanar y aunque nos queda esa cicatriz, seguimos adelante, pero la mejor manera de ayudarlo es visitándolo, haciendo turismo”.
AJR