Los colores, olores y sabores de otoño se reproducen en los platillos que integran la nueva propuesta de La Buena Barra de Polanco.
Olaf, un cóctel a base de mezcal, jugo de piña y jarabe de piña tatemada con tajín, da la bienvenida a la experiencia otoñal que se servirá durante toda la temporada.
Francisco Hernández, al colocar en la mesa el singular cuerno en el que se sirve la bebida, recomienda: “Maridarlo con el trozo de tocineta y piña deshidratada que lo acompaña, para que el sabor ahumado se potencialice”.
El murmullo en la elegante terraza apenas se percibe, como el ir y venir del tránsito que se aprecia en Avenida Presidente Masaryk; mientras la Crema de alcachofa llega a la mesa. Caliente, ideal para la tarde fría y airosa, y el sabor, tras la primera cucharada, hace efecto y conquista al paladar.
El desfile de los sabores de otoño continúa con el segundo platillo. Coliflor horneada, que aderezada con salsa bruja y salsa de soya con chile piquín, adopta un sabor único y equilibrado, que hasta los más renuentes al vegetal, celebran.
Mientras la tarde crece y la temperatura va en descenso, para seguir con la temporada que se distingue por sus colores Tierra, llega El salmón a la parrilla en tabla de cedro acompañado por espárragos y limón asado para seguir consintiendo al paladar.
El gran cierre lo protagoniza El flan de vainilla, que encima de un espejo de rompope caramelizado, acompañado de nuez y chocolate, primero deleita a la vista, y una vez que se da el primer bocado, agasaja al paladar. La recomendación es acompañarlo con un americano o bien un capuchino para cerrar la experiencia con Los Sabores de Otoño en La Buena Barra.
AJR