Hombres y mujeres que coinciden en la pasión que imprimen a sus actividades, pero sobre todo que comparten su inquietud por destacar las bellezas de San Miguel de Allende e ir más lejos, al generar experiencias de vida inolvidables, fue el tema de la Santísima Mesa que, por primera ocasión y en la emblemática calle Aldama, ofreció Érik Gallardo.
- Te recomendamos No bajarán eventos culturales en San Miguel de Allende Comunidad
La fiesta y el reconocimiento que atestiguaron 140 personas inició al mediodía en el Teatro Ángela Peralta, ahí donde el cineasta Érik Zavala concentró en un video, que forma parte de la Campaña 2020 que ideó el anfitrión y dueño de la Santísima Trinidad; el quehacer de 10 personajes que, con sus acciones, han contribuido a crear el estilo de vida que distingue al poblado y que lo ha colocado como Patrimonio Cultural de la Humanidad.
El arquitecto y apasionado de la panadería Alberto Laposse, fundador de Levain & Co y proyectos como Dos Casas Hotel, Casa de Los Olivos, Panio y Cumpanio; Brian Sneed, fundador de Quince Rooftop; el rejoneador Jose María Chema Fuentes K Donnie Masterton, fundador y chef de The Restaurant, así como el artista Jaime Shelley, los dueños de Namuh, Sharon Martens y Cecilio Garza, Severo Barrera y Federico Azuz, Nicole Zjolstra y Rafael Lavista y el arquitecto Roberto Burillo fueron captados por la lente del cineasta y centro de atención para los invitados que también conocieron la labor que realizan el rancho Cañada de la Virgen y el Club de Polo de La Santísima Trinidad, dos emblemas de la localidad, que se ha convertido en uno de los principales destinos turísticos del país.
CELEBRACIÓN EN LAS CALLES
El reconocimiento continuó por las calles del poblado, donde un grupo de músicos los guió y amenizó el recorrido hasta donde La Santísima Mesa ya estaba puesta a lo largo del empedrado que distingue a San Miguel de Allende.
Justo en la calle que permite admirar la icónica iglesia, los vinos del anfitrión y el menú de cinco tiempos que preparó el chef italiano Alessandro Bellingeri ya estaban listos para servirse; aun cuando por momentos el sol, otro clásico personaje de la localidad, tomó un rol protagónico.
Sin embargo, nada impidió que el maridaje que diseñó Gallardo, con la intención de reconocer la labor de los grandes personajes del lugar y disfrutar de una exquisita comida con sus vinos, que, poco a poco, van dando un sello de distinción al poblado, haya sido una experiencia que ya forma parte de la historia de San Miguel de Allende.