Aunque la cerveza no le gustaba de forma particular, Matías decidió experimentar y hacer unas en su cocina, luego de que un amigo le enseñó lo sencillo que era. Siempre ha sido muy curioso y creativo. “Me gusta hacer cosas con las manos, darles la vuelta, y a la comida”, dijo.
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Hace unos años formó el Colectivo Axolote con un grupo de amigos para poder trabajar juntos en diferentes ámbitos. Formalizar las cervezas que Matías ya había perfeccionado fue su primer proyecto.
CELEBRACIÓN DE DIVERSIDAD
Las cervezas Monstruo de Agua, que es la traducción del náhuatl del mítico animal del valle de Ciudad de México, son una celebración de los sabores y del terruño mexicano, desde una perspectiva sustentable.
“Pocos países del mundo tiene nuestra diversidad culinaria, cultural y social. Los sabores que pueden derivar de ese hecho son muchísimos”, aseguró Matías.
La cerveza es un producto vivo. Algunos cerveceros pasteurizan sus cervezas de distintas formas, “pero nosotros no lo hacemos porque no hace falta. Tampoco las filtramos y solo dejamos que evolucionen solas. Es incorrecta la idea de que una chela caduca; solo cambia su sabor con el tiempo. Podríamos decir que es similar a lo que le pasa al vino”, refirió.
A través de la práctica, Matías le tomó mucho gusto a hacer cerveza. Hoy considera que su trabajo es “una forma de expresión artística, en el sentido de que se requiere de una mezcla de creatividad, técnica e innovación”.
Además de rescatar sabores como la miel de maguey, la tuna o la hoja de higo, a Matías le gusta usar técnicas de cocina como el tatemado “que son originarias de México”, destacó.
Como usa frutas y mieles para fermentar su bebida, el cervecero las denomina como híbridas y las hace en una casa en Topilejo, al sur de CdMx. En ese mismo terreno, el colectivo tiene el proyecto del Jardín del Axolote, donde cultivan algunos ingredientes para sus cervezas. La idea es que en un futuro ese jardín sirva para impartir cursos con una perspectiva agroecológica.
OTRAS CERVEZAS, OTRO MUNDO
Matías no solo trabaja haciendo cervezas, también trabaja sobre otra idea de mundo. La agroecología ha sido central para él en ese sentido, porque es una forma de integrar la parte humana, animal y vegetal, y hacer que interactúen sustentablemente, más allá “de tener una certificación orgánica, que luego deja muchas cosas importantes de lado, como la social”, explicó.
En el fondo, además del amor por hacer cerveza, el proyecto de Monstruo de Agua le apasiona al cervecero porque le permite reflexionar sobre los procesos productivos de crear y transformar materia prima, y sus implicaciones sociales (y hasta económicas).
Los planes de Matías es hacer de Monstruo de Agua una fábrica de bebidas y no solo de cervezas. Ya producen algunos refrescos y la idea es formalizar los experimentos que han hecho con destilados, siguiendo con la línea del curioso e infinito paladar mexicano.
DÓNDE
PÁGINA WEB
Sus cervezas se pueden encontrar en algunos restaurantes y en su página se pueden consultar otros puntos de venta: https://www.monstruodeagua.mx
MATÍAS VERA-CRUZ DUTRENIT
Cervecero de Monstruo de Agua. Ámsterdam, alc. Cuauhtémoc, CdMx.