El queso es uno de los alimentos favoritos de muchos y gracias a que existe una gran variedad, abarca todos los gustos. Sin duda, este derivado del lácteo puede mejorar mucho el sabor de diferentes platillos, pero uno que es conocido por muchas personas y que es un ingrediente indispensable en el sándwich es el queso amarillo.
Además de ponerlo a un sándwich, el queso amarillo también se suele agregar a los nachos, cuando está líquido o incluso en algunas ensaladas, pero ¿sabes de qué está hecho? A continuación, te contamos un poco de su historia y los ingredientes que contiene.
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El origen del queso amarillo
El queso amarillo se creó en Inglaterra en el siglo XIX en donde se le comenzó a llamar queso cheddar, sin embargo, los estadunidenses al notar que este alimento era muy popular decidieron crear su propia versión.
Los estadunidenses comenzaron a pintar el queso blanco con polvo naranja que era hecho a base de semillas. Con el tiempo, se le comenzó a llamar queso tipo americano, además, en Estados Unidos empezó a comercializarse y ahora tiene la presentación con la que lo conocemos: pequeños cuadros de un color bastante amarillo.
¿De qué está hecho el queso amarillo?
El ingrediente principal de este queso son otros quesos, principalmente maduros que son molidos o fundidos. A la mezcla se le incorporan almidón, sal, grasas vegetales y otros productos procesados.
Ya que para elaborar el queso amarillo se somete a varios procesos, no contiene grasa butírica, la cual proviene directamente de la leche. Este tipo de queso al no ser un derivado directo de la leche y al no tener este tipo de grasa, permite que sea un alimento que se puede almacenar por mucho más tiempo.
La mejor manera de elegir el mejor queso amarillo es leer las etiquetas, si en ellas dice “tipo” o “imitación” es mejor que no los consumas ya que son los que tienen una mayor cantidad de químicos y muy poca cantidad de queso maduro.
PJG