Al entrar a Sendero, el restaurante del J W Marriot una fiesta de colores deleita la vista. Es el brunch que cada domingo se propone complacer con su diversidad de platillos y propuestas hasta el más exigente paladar.
“Estamos jugando con lo que es el mercado de Ciudad de México, donde encontramos esquites, elotes, pero también tenemos el aspecto gourmet con una variedad de quesos mexicanos, tenemos quesos artesanales de sabores; por ejemplo, tenemos quesos de cabra con diferentes toppins, ya sea de ceniza hecha en casa, o bien de arándanos o chabacanos”, dice a MILENIO el chef Alfredo López quien, con su compañero, el chef Fernando Nolasco, se encarga de recrear la versatilidad de la gastronomía mexicana y latinoamericana en la nueva propuesta gastronómica del hotel.
Aunque explica que, en la experiencia, el comensal también se puede antojar con los platillos latinoamericanos que forman parte del concepto que Sendero propone para disfrutar en familia, en pareja o incluso en solitario en ese amplio salón, cuya luz y espacios amplios y confortables dan la bienvenida a sus visitantes todos los domingos.
“Cada semana tenemos una combinación con desayunos de la parte sur del continente americano, así que en el brunch también podemos encontrar arepas, ceviches peruanos, mexicanos. Vamos variando, en el área caliente podemos encontrar Pescado a la talla, el domingo anterior pusimos Arroz a la tumbada, la idea es ir combinando entre la gastronomía de México y la latinoamericana, entonces también podemos tener Picañas con piñas asadas. Tuvimos una tabla de choripanes y no solo los servimos con chorizo argentino, sino que también metimos chorizo verde, longaniza, le vamos dando ese toque peculiar”, explicó el chef mientras servía y aderezaba unos esquites que recién le habían pedido.
En el paseo por las diferentes barras del brunch se aprecia la intención inclusiva de la cita gastronómica, pues lo mismo se puede encontrar una zona dedicada a quien lleva una vida healthy, y es atraído por los colores de las zarzamoras, frambuesas y fresas que se acompañan de yogurt, miel y queso cotage; que otras áreas donde los más antojadizos no pueden ignorar el coqueteo del pozole, la barbacoa con consomé y por qué no hasta el disfrute que garantiza un espagueti con salsa alfredos.
Para los más tradicionales “tenemos la estación de omellets y huevos al gusto”, dice el chef, quien añade que en esa zona también “es común encontrarse unas ricas quesadillas”, como pasa en el mercado.
En el recorrido por esa muestra de olores y sabores, el colorido de la estación de postres acapara la atención y hasta el más escéptico sucumbe ante el pastel de chocolate, la variedad de pan dulce, que va desde orejitas hasta conchas; la fuente de chocolate con fresas y bombones o incluso las tradicionales pepitorias y hasta las manzanas cubiertas de chile.
“La idea es complacer a todos nuestros comensales, entonces tenemos una gran variedad de opciones en todas las estaciones para que todos salgan satisfechos”, dice el chef, que ahora sirve una rebanada del Pescado a la talla, su recomendación del día.
Y si bien la dinámica del brunch permite servirse de manera personal y degustar los platillos que conquistan al corazón, también es cierto que está la opción de solicitar al personal el alimento deseado y hasta el chef amable lleva los platillos a la mesa.
Para el maridaje, la propuesta son aguas frescas, mango, fresa con kiwi, avena y Jamaica, pero obviamente, la bienvenida la da una mimosa, que puede repetirse o bien cambiarse por un spritz, un bloody mary o una mezcaliña, de acuerdo al gusto del comensal.
Y además
El brunch se sirve de las 10 de la mañana a las 16: horas, con la intención de ofrecer una experiencia sin prisas.
Cada semana se varia la propuesta gastronómica de la parte Sudamericana con la intención se servir lo más clásico de cada país.