El Mercado Villa de Torreón, fue su hogar por muchos años, sin embargo, tras su demolición en el 2010, este pequeño comedor "Sandra", se reubicó sobre la avenida Allende e Ildefonso Fuentes, para mantener su amor por la cocina y sacar adelante a su familia.
Sandra Luz Flores, de 56 años, es la propietaria del lugar y platicó que aprendió a cocinar desde los 14 años en su casa, siendo su primer platillo 'bistec en salsa de tomate', mismo que le enseñó su abuela.
También horneaba pasteles y hacía tortillas de harina.
Comentó que estudió únicamente la educación primaria y fue empleada en unos comedores del tradicional mercado.
“Ahí aprendí a vender y a servir".
En el año 2000 obtuvo el local número 52 en el Mercado Villa, cuando sólo tenia 24 años de edad.
Bautizó al lugar como 'Comedor Sandra' y fue la delicia para los comensales que disfrutaron de su caldo de res o de pollo, de ricas enchiladas o los famosos chiles rellenos, eran los más solicitados.
La comida es acompañada por aguas frescas, limonada, jamaica u horchata.
Comentó que su clientela era muy diversa, pues frente al mercado se ubicaba un billar y en la esquina una cantina.
Aunque había mucha competencia, el sazón era la garantía, pues la barra del lugar siempre permanecía llena, hasta que los "corrieron".
“Nos corrieron, fuimos corridos. Estábamos trabajando todos y nadie creíamos que nos iban a correr. Según recuerdo, las máquinas entraron por el área donde lavaban los menudos y la hielería en la parte posterior. Plazas y Mercados dijo que no habría indemnización para todos.
Sandra no podía andar en las juntas de negociación, así que decidió poner ubicarse frente al Palacio Federal, en donde duró 5 años.
“Mi hijo en la secundaria y mi hija en la universidad y los tenía que sacar adelante. A unos nos liquidaron, a unos más a otros menos, y a otros nada, todo con la promesa de reubicarnos en contra esquina, pero nada”.
Actualmente su local se ubica en la avenida Allende, casi esquina con Ildefonso Fuentes.
“Hoy los clientes son diferentes, seguimos con el mismo tipo de comida y con el mismo sazón. Los chiles rellenos siguen siendo de los más solicitados".
La experiencia de llegar al 'Comedor Sandra' va más allá de la gastronomía, pues ella tiene la disposición para complacer al cliente en algún antojo que no esté incluido en la carta y con la alegría de su compañera 'la ojiverde Lety', el lugar se convierte en un imán que atrae a los comensales.