Muchas veces pensamos que si ignoramos situaciones que nos incomodan lograremos que desaparezcan, sin embargo, la discapacidad intelectual es una situación muy real en México la cual, de acuerdo con cifras del INEGI, más de tres millones de personas padecen.
Pese a esto, en México no existen muchos lugares que fomenten el desarrollo de estas personas y en muchas ocasiones, los padres o familiares no conocen las opciones que tienen para continuar con su educación y desarrollo.
Con esta problemática en mente, en septiembre del 2017 surgió Kalimori —que en la lengua aymara significa ‘casa de luz’—, una comunidad privada en Malinalco creada con el fin de integrar a aquellos con una discapacidad intelectual en la sociedad para volverlos miembros productivos de la misma.
Como parte del primer aniversario, al cual MILENIO tuvo la oportunidad de asistir, las chefs Paola Garduño del Café Ó, Martha Ortiz de Dulce Patria y Yerika Muñoz de Astrid & Gastón, visitaron Kalimori para compartir algunos de sus recetas con los muchachos de la comunidad.
Durante aproximadamente una hora, pudimos observar una imagen increíble: las chefs prácticamente servían de instructoras mientras los chicos de Kalimori tomaban la iniciativa a la hora de preparar los platillos.
Yerika admitió que "por mi ignorancia, me frenaba un poco" trabajar con personas con discapacidades las cuales "no estaba acostumbrada a convivir". Sin embargo, dijo que "al conocer a las personas empiezas a perder el miedo o ignorancia y te quieres involucrar más con ellas" ya que, como todos, cada quien tiene su carácter diferente".
Por otro lado, una de las cosas que más disfrutó Martha Ortiz fue ver cómo los muchachos descubrían cosas al cocinar. "Ellos decoraron, aprendieron a ver que con menos masa salía el panqué más chico. Como todo buen cocinero controlador, de repente perder el control es bien interesante, me encanta".
En el caso de Paola, ella señaló que no hay diferencia de trabajar con personas con o sin discapacidad, pues "cada uno es diferente, unos aprenden algunas cosas mejor que otros".
Sin embargo, no todos son tan abiertos como las chefs para aceptar a las personas con discapacidad en su vida. Al preguntarles sobre qué consideran que le hace falta a la sociedad para volverse más inclusiva, las tres coincidieron en la misma cosa: tener más información.
"A veces pensamos que no lo van a poder hacer pero la realidad es que no les damos la oportunidad", comentó Yerika, quien agregó que "trabajar con ellos te hace mucho más sensible, solamente debemos aprender a vivir y convivir con ellos".
Paola cree que sí tenemos la capacidad de aceptar a cualquiera en nuestra sociedad. Señaló que México mostró ser un pueblo con un "corazón enorme" luego de la respuesta de todos tras el sismo de 2017 y lo único que nos falta es "reanimarnos, recordar lo que somos y unirnos".
Para Martha, lo que falta es "conciencia y aprender" y que el papel de los medios es crucial para ayudar a las personas a conocer proyectos como Kalimori."Estoy segura que poca gente conoce este proyecto y a lo mejor tienen hijos que no saben todo lo que pueden hacer y vivir por sí mismos".
Actualmente Kalimori cuenta con diferentes programas: tanto el residencial como el de becados. El programa completo residencial que incluye todos los talleres tiene un costo de 40 mil pesos mensuales, sin embargo, los miembros becados son parte de la comunidad de Malinalco y no tienen que pagar nada.
RL