Una copa con aroma

Entrevista | Javier Moro, director comercial de Bodegas Cepa 21

Cepa 21 se concibió también como parte de la oferta de enoturismo que ya caracteriza a la Ribera del Duero.

Disfrutar del vino y el ambiente es su misión. (Especial)
Regina Reyes-Heroles
Ciudad de México /

Cepa 21 “se llama así por el siglo XXI”, cuenta Javier Moro, tercera generación de la familia Moro y uno de los cuatro integrantes que se animaron a buscar un “nuevo proyecto, innovador, moderno, diferente a lo que había en la Ribera del Duero”, añade.

Esta bodega tenía que distinguirse de lo dominado en Emilio Moro, ese fue el objetivo principal. Geográficamente, cruzaron el río Duero, y frente a la original bodega familiar que tiene ya XX años, donde se encuentra la llamada milla de oro de la Ribera del Duero están las 50 hectáreas que se destinaron a pensar en el futuro del vino.

“Tiene una orientación norte, lo que era idóneo para un proyecto moderno, pues si bien hay menos horas de sol y una maduración más tardía, los vinos son más frutales, entonces tienen un corte más moderno”, dice Javier.

No obstante, la calidad debía permanecer, sus productos tienen una variedad única de uva, un clon de tinto fino de Emilio Moro para hacer un tempranillo que aporta, dice Javier, una singularidad extraordinaria. Sus etiquetas, Cepa 21, Hito, Hito Rosado, Horcajo y Malabrigo son resultado de conjuntar la filosofía Moro del respecto a la tradición, cuenta Javier, con la innovación y aplicación de tecnología para optimizar cada proceso en la producción.

Las primeras cosechas fueron en 2002, pero no fue hasta 2006 que se estrenó la bodega Cepa 21, las añadas anteriores se hicieron en Emilio Moro. El proyecto de la nueva bodega fue surgiendo poco a poco, con cuidado y pensando siempre en aportar algo novedoso no solo para diferenciarse de lo que se tenía del otro lado del río, también de la oferta en la región. Otro elemento que los hace sobresalir: un restaurante, un espacio para experimentar y maridar los vinos, que lleva el chef Alberto Soto.

“Si bien nuestros vinos son muy amables y frutales, al combinarlos con cualquier plato de la zona, como un cochinillo, o uno de los platos tan creativos de este restaurante, se consigue algo estupendo, único”, dice Javier.

Cepa 21 se concibió también como parte de la oferta de enoturismo que ya caracteriza a la Ribera del Duero. “Disfrutar del vino y del ambiente era lo que queríamos crear”, explica Javier. No solo está el restaurante, hay tours y visitas de las instalaciones, así como catas.

La bodega piensa en los consumidores más jóvenes que no “tienen que saber de vino”, dice Javier, pero pueden meter una nariz en una copa y decir: “¡Qué bien huele esto! Porque 80 por ciento de lo que te invita a beber es la nariz”.

Hoy, las nuevas generaciones, demandan en el vino sensibilidad, elegancia y amabilidad y esas son las tres palabras clave para definir lo que Javier y su familia ponen sobre la mesa con Cepa 21. “No son vinos soberbios, sino que invitan a beber, eso es lo que queremos resaltar”, dice.

ESPECIALIDAD

EL ELEGIDO

Cepa 21 tiene cinco etiquetas, cuatro de tinto y un rosado; Javier Moro recomienda iniciar con Cepa 21, un tempranillo color rojo cereza intenso.

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