Ya llegó la temporada de jacarandas a CDMX, la temporada favorita del año de varios habitantes que pueden ver las calles pintadas de morado o azul violeta, siendo el escenario perfecto para las fotos y disfrutar al aire libre. Sin embargo, a pesar de ser algo característico de la capital, en realidad las jacarandas no son un árbol nativo de México.
Originalmente, las jacarandas son árboles que provienen de Brasil, y de acuerdo con ProBosque Chapultepec, existen al menos tres leyendas sobre la llegada de estos árboles a México y que pueden alcanzar los 30 metros de altura.
La primera versión aceptada sobre la llegada de las jacarandas a México, está relacionada con un par de ciudadanos japoneses que trajeron un árbol muy similar al cerezo japonés que se adaptaba a las condiciones climáticas de México.
Según testimonios, en 1910, Sanshiro Matsumoto dejó Japón para encontrar a su padre, Tatsugoro Matsumoto, quien trabajaba en el jardín del palacio de Cristal y era considerado, el jardinero favorito de Porfirio Díaz.
Tras el reencuentro entre padre e hijo, se cree que le propusieron al presidente Álvaro Obregón sembrar jacarandas en las calles principales de la capital, logrando adaptarse y dominar las calles de la ciudad de México.
Sin embargo, el escritor y editor Aurelio Asián publicó hace poco sobre un posible nuevo origen de las jacarandas en la CDMX.
“Contra lo que cree, no fue Matsumoto quien introdujo las jacarandas en México, a principios del siglo XX. Ya mucho antes, en “The British florist” (Henry G. Bohn, Londres, 1846), se lee que la jacaranda es “a native of Mexico, whence seeds were first brought by Sir Thomas Hardy”.
De acuerdo con esta nueva versión, quiere decir que las jacarandas ya existían en México desde antes de la llegada de Tatsugoro Matsumoto. Sin embargo, Aurelio Asián no niega que las jacarandas de las calles de la ciudad de México, sean el trabajo de Tatsugoro Matsumoto.
wgp