Al ingresar al número 28 de la calle de Allende, los sentidos se sorprenden y se “alimentan” con la sensibilidad de una variedad de artistas que han concentrado su creatividad en los diversos objetos que dan forma a la exposición No se vende, pasado, presente entre el progreso y la transformación humana.
Betsabeé Romero es la responsable directa de la idea, que comparte con Barry Wolfryd, Cisco Jiménez, Antonio Gritón, Bradley Narduzzi y Nestor Quiñones; quienes al intervenir cajas registradoras dan un aire de actualidad a tan clásicos e históricos productos, como es la caja registradora.
Ese dispositivo que data de la etapa del fulgor de las transformaciones sociales, económicas y tecnológicas detonadas por la Revolución Industrial y que ahora es detonante de la creatividad que se funde en arte..
Se sabe que estas cajas que ahora cobran vida, a través de la sensibilidad que los artistas les han imprimido, se inventó a mediados del siglo XIX, ante la necesidad de los propietarios de negocios de llevar un control de ventas y flujos de efectivo, pero también de evitar el robo de dinero por parte de los empleados.
Pues bien, ahora estas cajas adoptan un perfil nuevo, en el que la imaginación, talento y sensibilidad de los artistas que las han creado se combina y hace amalgama perfecta con el ambiente que distingue a la locación donde se ha montado la exposición.
La sede que alberga esta muestra de arte perteneció a la familia de Porfirio Díaz y preserva un mural de Alfonso Xavier Peña, pero también es marco perfecto para dar lugar a otras manifestaciones artísticas que se concentran en el Proyecto Curatorial de Arte, Antigüedades y Performance para la exposición No se vende.
Para ello Nicole Pierpont de Casa Mimi, responsable de este concepto ha invitado a artistas y diseñadores a sumarse a la experiencia y de esta forma piezas únicas o vestuarios extraordinarios, como los que ha vestido la cantante Astrid Hadad en sus shows se suman a la exposición.
En tanto el diseñador Thierry Jennot utiliza técnicas de joyería para convertir botellas de plástico desenterradas en candelabros retro futuristas cargados de detallados trabajos hechos a mano, que recrean la atmòsfera única para todo el concepto.
En el recorrido por la vieja casona del Centro Histórico, la experiencia también se enriquece con la participación de Elena Stonaker y Costaiia colaboran en una instalación de arte moda en la cocina victoriana abandonada y cubierta de hollín.
Galería Errante y Casa Mimi se suman con otra colaboración, en la que Nadia Guitteau, diseñadora de interiores de Alratito Studio y curadora de las piezas de diseño que se presentan en conjunto con las piezas de arte, aporta una propuesta que presenta un perfecto balance entre las piezas de diseño y los espacios donde la funcionalidad, la estética y la individualidad de cada pieza son unidas para crear espacios auténticos y atemporales.
De tal forma que da lugar a una variedad de muebles, en la que los aspectos clásicos se complementan con detalles de vanguardia.
Clave
Las cajas
Las cajas fueron donadas por Rodrigo Arenas y la Mercantil Peletera uno de los establecimientos más reconocidos del centro histórico de Ciudad de México, con un legado de más de 120 años en la industria del cuero en México.
AJR