El jabón es parte fundamental de la vida cotidiana. Todos los días estamos en contacto con este químico, desde que nos levantamos para tomar la ducha de la mañana, en cada comida y hasta la noche antes de ir a dormir. Sobre todo ahora con la pandemia de covid-19, pues las autoridades sanitarias recomiendan lavarse las manos de manera frecuente para eliminar el virus.
Existen jabones de todo tipo: líquidos, en pastilla, espuma, polvo, capsulas, en gel o crema, además algunos tienen olor, colorantes y otros aditamentos. Si bien a diario hacemos uso de producto, pocos sabes de qué está hecho y cómo funciona; aquí te lo contamos.
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¿Qué contiene el jabón?
En general este producto contiene sales de sodio o potasio de los ácidos grasos, producto de la reacción entre un álcali (hidróxido de sodio o de potasio) y un lípido (como manteca de cerdo o aceite de coco), proceso químico que recibe el nombre de saponificación.
De acuerdo con la Revista de la Universidad Autónoma de México, el jabón "tiene dos extremos de diferente afinidad", similar a lo que sucede con el polo positivo y negativo que tiene una pila. Esta doble afinidad que posee le permite al jabón orientarse según el medio en el que se encuentra, gracias a esto puede limpiar cualquier superficie o producto.
Formación micelar en un entorno acuoso, donde A es una micela y B es una molécula de jabón (Ilustración: UNAM).
El jabón crea un efecto de emulsificación que permite al aceite mezclarse con el agua. Separa las gotas de aceite, las encierra como en una especie de burbuja hasta que éstas se deslizan por el agua y se desintegran.
amt