Marilyn Monroe poseía un talento innato para la actuación, una seductora mirada, ingenio y una intrépida personalidad. Fue la musa de artistas como Salvador Dalí y Andy Warhol. Pero más allá de ser la despampanante rubia de Hollywood, la originaria de Los Ángeles se convirtió en una referente del cine, la moda y la música de la década de 1950; uno de los mitos más entrañables, cuya luz se extinguió trágicamente en 1962.
Norma Jeane Baker, nombre verdadero de la actriz, cumpliría años un día como hoy, 1 de junio. Alcanzó el estrellato tras protagonizar las películas Niágara y Los caballeros las prefieren rubias. Coincidió con varias celebridades, políticos, artistas y miembros de la realeza, incluso tuvo un peculiar encuentro con la misma reina Isabel II que pasaría a la historia.
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La monarca británica lleva más de 65 años en el trono, y a lo largo de su reinado el Palacio de Buckingham ha abierto sus puertas a un incontable número de personalidades. Pero, pocos saben del día que Isabel II conoció a Marilyn Monroe.
Así fue el encuentro entre la reina Isabel II y Marilyn Monroe
La reina de Inglaterra y la diva del cine estuvieron frente a frente la noche del 29 de octubre de 1956 en una de las ceremonias de The Royal Film Performance con motivo del estreno de The Battle of the River Plate (La batalla del Río de la Plata), película protagonizada por Peter Finch y Anthony Quayle.
Las dos famosas lucían glamurosos looks: Marilyn Monroe con un ceñido vestido repleto de brillos y la reina Isabel portando un traje oscuro, guantes y una lujosa tiara de diamantes. Ambas tenían 30 años, y aunque su vida había sido por completo diferente, las dos habían luchado contra los estereotipos de género desde su trinchera.
El momento fue capturado en un breve video, en el que se observa a una Marilyn Monroe extrovertida y segura de sí misma. A tal punto que la actriz rompió el protocolo al hacer una reverencia a la reina Isabel II, quien la saludó con una sincera sonrisa.
Pese a que no había participado en el filme, Marilyn Monroe fue invitada al evento, al que asistió en compañía de su esposo el dramaturgo Arthur Miller, con quien se había casado apenas unos meses antes.
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