Ejemplos de machismos que todos hemos cometido

Como hombres reconocemos que alguna vez hemos ejercido algún micromachismo sobre las mujeres y es nuestro deber construir nuevas masculinidades que permitan crear una mejor sociedad para ellas.

Como hombres debemos constuir nuevas masculinidades. (Andfés Lobato)
Ciudad de México /

El machismo en México, y en el mundo, ha sido tan normalizado a lo largo de la historia que ha surgido la necesidad de crear la figura de micromachismos o machismos cotidianos.

De acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2016 (la más reciente), de los 46.5 millones de mujeres mayores de 15 años en México, se estima que 30.7 millones de ellas han padecido al menos un incidente de violencia emocional, económica, física, sexual o discriminación en los espacios escolar, laboral, comunitario, familiar o en su relación de pareja.

En porcentajes, el 66.1 por ciento de las mujeres en México ha sufrido al menos un incidente de violencia a lo largo de su vida. El 49 por ciento de las mujeres sufrió violencia emocional, 29 por ciento violencia económica y/o patrimonial o discriminación, 34 por ciento física y 41.3 por ciento sexual a lo largo de su vida en al menos un ámbito y ejercida por cualquier agresor.

¿Qué son los micromachismos?

La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) explica que los micromachismos son mecanismos “sutiles” de dominación, ejercidos por los hombres hacia las mujeres.


“Se caracterizan por no ser abiertamente violentos e incluso pueden ser advertidos como aceptables y esperados; por ejemplo, no consensuar o tomar en cuenta a la pareja en las decisiones que impliquen a ambos o descalificar sus opiniones”, detalla.


Ejemplos de micromachismos, testimonios de hombres

Como hombres reconocemos que hemos ejercido algún tipo de violencia o machismo cotidiano contra mujeres porque la normalización nos hizo pensar que eran justo eso: acciones cotidianas.


"Anteriormente explicaba a las mujeres algo sobre lo que yo pensaba que sabía más por ser hombre, como deportes o videojuegos. Además, solía hacer manspreading en el transporte público porque de alguna manera pensaba que estaba bien ocupar mayor espacio en la silla.

“Yo pensé que bastaba con no decirle piropos a las mujeres, agredirlas físicamente o hacerlas menos de una manera más evidente, pero es necesario eliminar el machismo de la sociedad, a cualquier escala”.

Que los micromachismos sean tomados como actitudes cotidianas, no quiere decir que estén bien. Lo cotidiano no siempre es lo correcto, por lo que como hombres debemos identificar y erradicar las actitudes machistas que tenemos.

"Califiqué la belleza de una amiga con base en un número. Menosprecié la inteligencia de mi ex novia. Le dije a una amiga que no le subirían el sueldo, sin tener poder para decidirlo. He tratado a mi mamá como no se lo merece. Me disculpé y he aprendido a no ser un imbécil, pero ninguna mujer me ha hecho algo semejante. He vivido con ese privilegio por ser hombre.


"Inconscientemente o no, creo que los hombres dañamos mucho y estamos dañados. Ojalá alguna vez llegue #UnDíaSinHombres. Un día sin subestimarlas, sin corregirlas, sin ofenderlas, sin acosarlas. Para ver lo machos que somos, y de paso, explorar nuestras emociones. Aunque no debería ser sólo un día, sino cada día.


"Y así, recordar nuestra complicidad machista: los hombres que guardan silencio, los que se ríen de chistes sexistas, los violadores, los que matan mujeres. En algún instante de su vida, un hombre de los últimos niveles tuvo el apoyo de quienes no dijeron nada, de quienes se rieron de sus ‘chistes’.


"Tal vez sea uno de los caminos para detener el acoso diario y la brutal violencia que viven ellas. Pero poco servirá lo mucho que apoyemos a las mujeres, si como hombres no enfrentamos ni incomodamos desde la masculinidad".

Construir nuevas masculinidades es tarea y obligación de los hombres para no permitir que las mujeres sigan siendo atacadas por su género, para que nadie se sienta con el derecho de violentarlas.

"No sabía que era machista, y puede ser considerado como el origen de la violencia de género, utilizar frases que remarcan los roles de género y reírme de chistes sexistas y de callar ante actitudes machistas de amigos por temor a ser excluido".

Las nuevas masculinidades también permitirán erradicar, de una vez por todas, la idea de que exigen roles de género: que a las mujeres les corresponden ciertas tareas y a los hombres otras. Eso, aunque más evidente, es machismo y no debe seguir siendo aceptado en la sociedad.

"Una vez no dejé que mi novia me ayudara a pasarle corriente al automóvil después de haber dejado las luces encendidas. En ese momento consideré que lo podía hacer yo solo, pero creo que en el fondo fue porque no la creí capaz de ayudarme.


“En ese sentido, cada vez que vamos al cine, casi el 90 por ciento de las ocasiones escojo yo la película, por considerar que su preferencia por las comedias románticas no es tan buena, aunque eso no justifica que yo le imponga mis gustos cinematográficos".

Creer que las mujeres no son capaces de realizar ciertas tareas porque pues “son mujeres y no saben” es otro machismo que debe eliminarse. Ninguna mujer debería sentirse limitada para realizar lo que le plazca y es nuestro deber como hombres, al menos, ayudar a erradicar las limitaciones que ponemos a nuestras hijas, hermanas, madres, amigas, compañeras y en general, a las mujeres.

“Lo que hace muchos años era normal para mí y hoy lo encuentro como una pésima costumbre, una acción machista de mi parte que busco eliminar, es el desplegar una comunicación y un actuar muy condescendiente sobre las mujeres, bajo la mira de que son frágiles y que hay que protegerlas y hablar por ellas en cada circunstancia, e incluso en momentos, quitándoles la oportunidad de defenderse o sin fomentar que exista dicha oportunidad para que puedan expresarse. Creo que en los matices de las coyunturas sociales y que también hay falsedad en el romance de las ideas de nuestro atiborrado entorno sobre esa fragilidad y ese papel de héroe, por ello, busco desprenderme de esa y otras malas costumbres e ilusiones que el sistema vende sobre hombres y mujeres, para creer (ahora) en algo diferente (mejor) y actuar para construirlo entre todos”.

Entender que los roles de género no existen es quizá uno de los retos más grandes para crear nuevas masculinidades, pues lejos de ser un gran problema o de difícil entendimiento, es uno de los más normalizados en una sociedad como la mexicana.

“En la rutina, siempre dejaba las labores domésticas para mi mamá o en todo caso siempre le tenía que preguntar en qué la podía ayudar, sin embargo, me di cuenta, que la hacía responsable de hacer todo el quehacer, además de que ella trabaja todo el día todos los días y los fines de semana los ocupa para la limpieza del hogar.
"Durante una clase, una profesora, me hizo ver que al preguntar en qué te ayudo, no es que esté mal, pero sí debería saber cuáles son las labores que faltan en la casa y en qué puedo ayudar para no dejarle toda la carga a mi mamá.
"Además de otro tipo de situaciones en las que le pregunto dónde están las cosas cuando todos podemos saber en dónde las dejamos”.

RLO

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