Tu abuelo fue un historiador reconocido y tu padre un secretario de Estado en los años 80 y un hombre de negocios muy importante. ¿Estas figuras te alentaron de alguna forma?
Mi abuelo materno y mi padre sin duda han sido una fuente de inspiración para mí. Fueron muy amigos entre ellos, por cierto. Teniendo profesiones tan distintas, un economista y un arqueólogo, ambos han sido una fuente de inspiración por el gozo de sus profesiones, por su curiosidad intelectual, por su implacable rigor en el análisis y sus prolíficas aportaciones profesionales. También, en buena parte, aprendí de ellos el amor por México y la responsabilidad que implica el privilegio de la educación de calidad en una sociedad que no ha logrado convertirla en un derecho.
Hablando de lo que compartieron, debí haber empezado la lista con el amor que ambos tenían por mi mamá, que es maravillosa. Las biografías de las mujeres han sido menos conocidas en la historia escrita por hombres, pero también he tenido el privilegio de contar en mis afectos a dos abuelas y una madre simplemente extraordinarias. De hecho, entre todas nuestras coincidencias, quizá lo más parecido entre mi abuelo materno, mi papá y yo ha sido el cariño y admiración por mi madre.
¿Cómo crear un campo de juego más equitativo en las telecomunicaciones y poner fin a los monopolios?
Los monopolios, públicos o privados, terminan por afectar a los más necesitados: le quitan poder al consumidor. Al final, siempre reducen la oferta e incrementan los precios. Por eso la competencia económica es para mí un valor, una batalla que pelear desde cualquier trinchera. Hoy tengo la oportunidad de seguir dando esa batalla desde el sector privado, desde una empresa que ha invertido más de 10 mil millones de dólares en México en los últimos años, que genera miles de empleos formales y que, con sus ofertas, da pelea todos los días por emparejar el campo de juego en el sector de las telecomunicaciones, famosamente hiperconcentrado.
Necesitamos una regulación diseñada pensando en los consumidores y no en las empresas, así como funcionarios valientes que midan su éxito por resultados y no por actividades. Es decir, la medida del éxito no es emitir la regulación, sino realmente reducir la concentración en el mercado de las telecomunicaciones. También es importante contar con empresas innovadoras, que hagan grandes inversiones en el país y que pongan al cliente en el centro de todas sus decisiones, como AT&T México.
Las redes sociales han hecho que la información así como la comunicación sean más accesibles. ¿Cómo abren el comercio y ayudan a compartir ideas, creando un mundo más conectado?
Un mercado de telecomunicaciones competido y con inversión es un requisito necesario para que un país sea exitoso en la economía digital. La pandemia ha hecho patente que en el siglo XXI el acceso a herramientas digitales sea un requisito necesario para el desarrollo de las comunidades. En cuanto a las redes sociales, pueden ser una fuerza de crecimiento económico y de democratización. Generan eficiencias, aplanan la comunicación y bajan las barreras en el acceso a la información.
Por supuesto, también hay retos. Nosotros estamos trabajando en capacitar en ciudadanía digital, incluyendo escuelas del sistema de educación pública, porque es fundamental construir ciudadanía para el mundo digital. Que niñas, niños y jóvenes entiendan sus derechos, conozcan los peligros y aprovechen las oportunidades de la digitalización limitando sus riesgos. Al igual que les enseñamos a cruzar las calles volteando a ambos lados y a procesar emocionalmente las agresiones del mundo físico, nos corresponde enseñarles a cuidarse en el mundo digital.
Como mujer líder, ¿cuáles son tus mejores tácticas para llevar a México hacia el mundo de las comunicaciones y la tecnología?
Ese es mi trabajo diario: conectar a más personas y organizaciones en México al mundo digital y mejorar la experiencia de quienes ya se conectaron. La misión de mi equipo de trabajo es crear conexiones para acercar a las personas, las empresas, los gobiernos. Para lograrlo, principalmente nos enfocamos en dar a nuestros clientes la mejor atención, una experiencia personalizada y sin complicaciones, ofertas innovadoras y el mejor servicio en la red móvil más confiable del país.
bgpa