Durante el sexo, existen diferentes prácticas pensadas en el incremento del placer. Una de ellas es el pearling o genital beading, que se trata de una modificación genital en la cual se insertan objetos debajo de la piel del pene o vagina.
Se piensa que el pearling es originario de Japón, ya que es popular entre los miembros de la Yakuza o mafia organizada, quienes con perforaciones en el pene buscaban incrementar el placer de las mujeres cuando tenían relaciones sexuales vaginales o anales.
Además de Japón, las modificaciones genitales también son populares en otros países del sudeste de Asia, Brasil, Cuba y Australia.
Sin embargo, implantarse objetos en los genitales no multiplica el placer en el sexo. Almudena López, una terapeuta sexual de Cuba, explicó al sitio Vice que "para que los implantes estimulen el clítoris, la perla debería estar colocada en la base del pene, cosa que nunca pasa".
En el caso de los hombres, las perlas o perforaciones son ensartadas en el prepucio, mientras que en las mujeres, los implantes se colocan debajo de los labios vaginales.
Y a pesar de que esta práctica no asegura un mayor placer sexual, sí existen demasiados riesgos para la salud. El cirujano plástico Neil Tanna explicó a Vice que implantar un objeto extraño en el cuerpo "tiene el potencial de resultar en sangrado, infección, inflamación severa, la migración del objeto y la pérdida de sensación".
RL