"Lo que das te lo das, lo que no das te lo quitas" de Alejandro Jodorowsky es la frase que mueve al diseñador industrial Andrés Lhima , quien tiene entre sus influencias al arquitecto Alvar Aalto, en el diseño a los hermanos Bouroullec y los hermanos Campana, además del deconstructivismo de Frank Gehry. Sus objetos favoritos son las sillas, como la panton y la vegetal, sin dejar fuera al Sillón Fidencio, diseñado por él en 2012.
En el hogar, como amante del café, la cafetera no puede faltar, pues disfruta de su aroma a recién hecho. Para iluminar prefiere la luz natural en invierno y en su paleta de colores el rosa y verde. Sus productos ya han estado a la venta en el MoMa y el Muac, por lo que no es de extrañarse que sean sus museos preferidos.
Su destino es Lille o París, pero siempre Francia, con su estancia ideal en el gran hotel Budapest de la película de Wes Anderson. Disfruta de la película La Vida es Bella y su serie favorita es Breaking Bad. En cuanto a comida, nada como la de mamá acompañada de "Andy's Punch", una bebida que él creó. En su niñez jugaba con Playmobil y antes de ser diseñador confiesa que su guilty pleasure era hacer grafiti en las calles.