¿Se reconciliaron? Príncipes William y Harry se reúnen para develar estatua de Lady Di

El príncipe Harry había confirmado que se encontraba distanciado de su hermano tras renunciar a sus deberes como miembro de la realeza.

Los príncipes reaccionaron a la investigación de la entrevista de su mamá (AP).
Editorial Milenio
Londres /

Los príncipes William y Harry, herederos de la corona británica, fueron tan cercanos una vez. Crecieron unidos, se apoyaron mutuamente tras la prematura muerte de su madre, la princesa Diana, y trabajaron juntos cuando comenzaron sus deberes reales: dos hermanos aparentemente unidos de por vida por la sangre, la tradición y la tragedia.

Pero esos vínculos ahora están dolorosamente tensos mientras William defiende en Londres a la familia real de las acusaciones de racismo e insensibilidad hechas por Harry y su esposa, Meghan Markle, desde su nuevo hogar en el sur de California. Los observadores reales buscarán el jueves cualquier señal de tregua — o de una mayor brecha —cuando los príncipes develen una estatua de Lady Di, en el que habría sido su 60 cumpleaños. 

El evento en el Sunken Garden del Palacio de Kensington en Londres será su segunda reunión pública desde que Harry y Meghan se retiraron de sus deberes reales hace más de un año. 

¿Por qué William y Harry están peleados?

La gente no debería esperar una resolución rápida del conflicto porque ambos están luchando por creencias fundamentales, dice Robert Lacey, historiador y autor de Battle of Brothers: William, Harry and the Inside Story of a Family in Tumult. William defiende la monarquía y Harry defiende a su esposa.

Es una cuestión de amor versus deber, con William representando el deber y el concepto de la monarquía como él lo ve”, dijo Lacey. “Y luego, desde el punto de vista de Harry, el amor y la lealtad a su esposa. Él está con ella. Estas son diferencias muy arraigadas, por lo que sería simplista pensar que puede resolverse con un chasquido de dedos”.

Pero algún tipo de reconciliación entre los príncipes es crucial para la monarquía, pues la familia real británica busca atraer a una generación más joven y una población más diversa. Cuando Harry se casó con Meghan hace poco más de tres años, parecía que serían figuras centrales en el próximo capítulo de la historia real.  

Los Cuatro Fabulosos — William y su esposa Kate, junto con Harry y Meghan — fueron vistos como un cuadro de juventud y vigor que llevaría a la monarquía adelante después de la tumultuosa década de 1990 y principios de la de 2000, cuando el divorcio, la muerte de la princesa Diana y el polémico segundo matrimonio del príncipe Carlos con Camila, la duquesa de Cornwall, arrojó dudas sobre el futuro de la institución.

El inicio del conflicto entre los príncipes

Se esperaba que Meghan, una ex estrella de televisión de Los Ángeles, fuera una parte importante de ese esfuerzo, y los comentaristas negros y asiáticos dijeron que por primera vez había un miembro de la familia real que se parecía a ellos. Pero las palabras “Cuatro Fabulosos” fueron rápidamente reemplazadas en la prensa por “Ruptura Real”.

Primero, se disolvió su oficina real conjunta. Luego, Harry se alejó de los deberes reales y trasladó a su familia a Estados Unidos en busca de una vida más pacífica. William siguió adelante con las tareas reales, incluidos eventos de buena voluntad como acompañar a su abuela, la reina Isabel II, a Escocia esta semana para recorrer una fábrica de refrescos.  

La relación se tensó aún más en marzo cuando Harry y Meghan dieron una entrevista a la presentadora de TV estadunidense Oprah Winfrey. Harry confirmó rumores de que él y su hermano se habían distanciado al decir que “la relación es ‘espacio’ en este momento”, aunque agregó que “el tiempo lo cura todo, con suerte”. Enrique también le dijo a Winfrey que su padre no respondió sus llamadas durante un tiempo. 

La 'ruptura real' que dividió a la familia

Y entonces vino la verdadera sorpresa. La pareja reveló que antes del nacimiento de su primer hijo, un miembro no identificado de la familia real había expresado su preocupación por lo oscura que podría ser la piel del bebé. Días después de la emisión, William respondió y dijo a los periodistas que la suya “no es para nada una familia racista”. 

Pero sean cuales sean sus desacuerdos, William y Harry no mostrarán sus diferencias durante la ceremonia de la estatua por respeto a su madre, dijo el historiador Ed Owens, autor de The Family Firm: Monarchy, Mass Media and the British Public 1932- 1953, que examina la estrategia de relaciones públicas de la familia real.

“No vamos a ver ninguna actitud o animosidad entre los hermanos el jueves”, dijo Owens. “Creo que la reconciliación está muy lejos, pero sin embargo estos son artistas expertos. Harry y William han estado haciendo este trabajo durante suficiente tiempo y ahora saben que tienen que dejar a un lado las quejas privadas ocasionales... por el bien del trabajo”. 

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