Hija de los duques de York, Isabel II no nació siendo la primera heredera al trono, sino que ocupaba el tercer puesto en la línea de sucesión. Aunque no fuera uno tan alejado, nadie se esperaba que ella se convirtiera en monarca de Reino Unido, pues el heredero al trono, Eduardo, era un hombre joven y pronto tendría hijos. Sin embargo, desde la abdicación de éste, Elizabeth tuvo que enfrentarse a la realidad de que sería reina algún día.
Este 2 de junio se cumplen 67 años de la coronación de Isabel II, quien desde antes de asumir el trono demostró ante su nación su capacidad y compromiso con el Commonwealth por medio de un mensaje que emitió el día de su cumpleaños 21 desde su gira por Sudáfrica y que se transmitió por radio en el Reino Unido por medio de la BBC.
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Su discurso logró emocionar al reino, que pudo confirmar así la lealtad de la princesa y sus intenciones de servir al pueblo desde ese momento y por toda su vida, palabras importantes para una futura monarca, que llegaron a causar más impacto en las juventudes de la época, pues ella decidió dirigirse hacia ellos para hablar sobre el futuro del Gran Bretaña en un vertiginoso mundo cambiante.
"Ustedes, la juventud de la familia de naciones británicas ¿me permiten hablar como su representante en mi cumpleaños? Si todos avanzamos juntos, con una fe inquebrantable, un gran coraje y un corazón calmo podremos hacer de este viejo Commonwealth algo aun más grande y más libre y una influencia más poderosa para el bien del mundo que la que ha sido en los mejores días de nuestros antepasados" dijo la princesa, dejando en los residentes de Gran Bretaña una gran esperanza de progreso y de la confianza que podían depositar en las manos de la heredera al trono.
Por otra parte, según analizaron algunos historiadores en el documental de Netflix The Royal House of Windsor, aunque su discurso se aferraba a a las tradiciones del viejo reino y los valores compartidos por antiguas generaciones, también retrataba su idea de progreso, en un reino que se construiría humanidad, multirracialidad, de relaciones multinacionales, lo que le dio a sus próximo súbditos la sensación de frescura que necesitaban.
"Declaro ante todos ustedes, que toda mi vida, ya sea larga o corta, la dedicaré a su servicio y al servicio de la gran familia imperial a la que todos pertenecemos", prometió la princesa al final de su transmisión.
Aunque esas últimas palabrashicieron llorar hasta a su abuela la reina María de Teck, tal como expresó en una carta a su nieta, recientemente se descubrió una misiva de Isabel II que dejaba claro que el verdadero autor de las palabra pronunciadas al pueblo por la entonces princesa, habían sido escritas por Dermot Morrah, escritor principal del periódico The Times.
Sin embrago, los historiadores, analistas del reinado de Elizabeth, aseguran que este discurso inundó el corazón de la princesa y lo conviritó en su propio manifiesto, apegándose a él hasta la actualidad.
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