A raíz de la muerte de Isabel II, muchas cosas sufrirán un gran cambio; desde política interna en el Reino Unido hasta la economía a nivel mundial. Pero no solo eso, también significará un cambio en la vida de los perritos de la reina.
Resulta que con la partida de la reina Isabel II, sus lomitos raza corgi han quedado huérfanos y muchas personas se han empezado a preguntar qué pasará con ellos ahora que su dueña ya no está.
- Te recomendamos Cinco horas duró la visita de la Reina Isabel II en Guanajuato Estilo
El Palacio de Buckingham tiene muchas dudas que despejar todavía. Con incógnitas sobre prácticamente todo el proceso, desde el traslado del féretro de Balmoral (Escocia) a Londres hasta la fecha del funeral, no ha habido ninguna comunicación oficial sobre la suerte de los perritos de la reina.
Ocurra lo que ocurra, será difícil que los animales gocen de una vida tan cuidada como con su fallecida ama.
Chefs de la realeza preparaban con esmero su menú, aunque quizá disfrutaban más rebañando las migas que se le escapaban a la monarca de los bollitos del té de las cinco o devorando las tostadas con mermelada a medio acabar que les ofrecía Isabel durante su desayuno.
Psicólogos especializados en perritos los atendían cuando estos presentaban algunos problemas entre ellos; en Navidad, tenían su propio calcetín en donde recibían sus lujosos regalos. Esto hablaba de lo especial que eran para la reina.
Aun no se sabe con exactitud cuántos perritos tenía Isabel II, quien murió el pasado jueves a los 96 años en su castillo de Balmoral, aunque se cree que son al menos cuatro: dos corgis, Muick y Sandy; un cocker spainel, Lissy; y Candy, un dorgi.
la hipótesis más extendida entre los expertos en la casa de los Windsor es que el cuidado de los perros de la reina recaerá en sus hijos, con el príncipe Andrés (de quien se dice que era el hijo favorito de Isabel) como principal candidato a heredar alguno de los canes.
DAG