En medio de la crisis que vive la familia real de Dinamarca por el retiro de los títulos de príncipe a cuatro de sus miembros, el rey Carlos III y su esposa, la reina consorte Camila, visitaron Escocia el lunes. Es la primera comparecencia pública del monarca de Reino Unido desde el período de luto tras la muerte de Isabel II.
Cientos de personas inundaron las calles de Dunfermline in Fife, al norte de Edimburgo para tratar de ver al nuevo monarca. Carlos, quien vestía una falda escocesa, estuvo un tiempo saludando al público luego de su cita con la primera ministra Nicola Sturgeon y otros líderes.
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La pareja real estaba ahí para dar estatus formal de ciudad a Dunfermline, lugar de natalicio de otro monarca, el rey Carlos I, quien gobernó en el siglo XVII. Fue el último rey británico nacido en Escocia.
Dunfermline estaba entre ocho poblados que recibieron estatus de ciudad como parte del Jubileo de Platino a comienzos de este año para conmemorar los 70 años de la reina Isabel en el trono.
“No puede haber mejor manera de honrar el legado de la extraordinaria vida de servicio de mi amada madre que honrar un lugar hecho famoso por su larga y distinguida historia, y por el rol indispensable que ha tenido en la vida de nuestro país”, declaró Carlos en su discurso.
“Estamos aquí reunidos para celebrar esta gran ocasión, pero también para conmemorar la vida de Su Majestad la Reina, cuyo profundo amor por Escocia fue uno de los pilares de su vida”, añadió.
Más tarde el lunes, Carlos y Camila encabezarían una recepción para unos 300 invitados en Edimburgo para celebrar la comunidad sudasiática. Los monarcas recibirán a británicos de ascendencia india, paquistaní y otros, y rendirán tributo a las contribuciones que esas comunidades le han dado al Reino Unido.
Carlos, de 73 años, ascendió al trono cuando murió su madre en el Castillo de Balmoral en Escocia el 8 de septiembre. Gran Bretaña tuvo 10 días de duelo y la familia real extendió el luto una semana después del funeral el 19 de septiembre.
amt