Al llegar a la Escuela para Entrenamiento de Perros Guía para Ciegos, Silvia Lozada Badillo, la fundadora y directora del patronato de la escuela, da la bienvenida a la decena de invitados, entre prensa y equipo de Fundación Grisi, que, atentos, atienden las indicaciones que se les da antes de iniciar la experiencia.
El objetivo va más allá de conocer las instalaciones, donde se adiestra a los canes, y se da rehabilitación a las personas que acuden a solicitar ayuda y un compañero para hacer binomio y lograr "la independencia y libertad" que se pierde cuando se va la vista.
La intención es entrar a ese mundo de penumbra, y al mismo tiempo conocer la necesidad que hay de solidarizarse con la labor que se hace en esa escuela, porque todos podemos caer en esa oscuridad; ya que la ceguera “no solo es de nacimiento, también se produce por otras causas, como un accidente o enfermedad”, precisa Silvia, quien a cada paso se acompaña de Kity, su sexta compañera, pues desde sus 19 años camina al lado de un can.
Tras precisar que “en México falta mucha cultura para apoyar causas como la que hacemos en esta escuela”, la anfitriona pide a los invitados atender las indicaciones. Entonces, es momento de ponerse unos lentes o bien un antifaz, el primero permite una vista mínima; mientras que el segundo, la anula por completo.
Entre los invitados se forman parejas, uno con lentes y otro con el antifaz; y así inicia la experiencia a ciegas hasta llegar al comedor.
Ahí el que tiene un poco de visión ayuda a su compañero hasta que se instalan en la mesa y llega el desayuno. El tacto y el oído se agudizan ante la presencia de esa oscuridad que a unos da temor, a otros ansiedad y a unas más incertidumbre; mientras el equipo que trabaja en la escuela sirve el primer tiempo. Sandía es el primer alimento que se ofrece, al tiempo que llega el café caliente a la mesa; por lo que la anfitriona recomienda “tener cuidado”. El tacto se torna protagonista ante la limitante que prevalece. Hay que auxiliarse de los cubiertos para comer la fruta. Después llega el plato fuerte: “Son enchiladas y frijoles con totopos”, dice Nancy a su compañera de experiencia y también la orienta en el acomodo de los alimentos que tiene el plato.
Dos, tres y hasta cuatro bocados pasan sin problema, aunque el tamaño no es el adecuado, a veces muy grandes y a veces mínimos, al grado de que solo se percibe el tenedor en la boca; y una vez más Nancy orienta sobre el acomodo de frijoles y totopos, al ver que su compañera no acierta en su búsqueda.
En apenas 20 minutos, la experiencia provoca la reflexión, cuando indican que hay que retirar antifaz y lentes, “pero parpadeando” para que la luz no nos haga daño. Todos se observan con ansías de aprovechar esa luz, esa posibilidad, esa fortuna de ver colores, formas y tamaños de todo lo que nos rodea. Los suspiros que se detonan por el comedor se multiplican y se interrumpen, cuando Silvia vuelve a dirigirse a sus invitados para explicar la razón por la que creó la escuela el 4 de noviembre de 1997.
“Hace muchos años, cuando iba caminando con mi perro surgió la necesidad de compartir esta bendición de tener un perro guía...”, dice emocionada, la mujer que ahora se enorgullece de haber fundado la primera escuela para perros guía en México, que no solo apoya a personas ciegas en nuestro país, sino tambièn en Latinoamérica.
Y añade: “Es que cuando haces binomio con tu can alcanzas una libertad muy bonita y eso era y es lo que quiero compartir con la gente ciega, por eso decidí fundar la escuela para compartir”.
A través de un video y también de los comentarios del personal de la escuela, desde la señora que hace el aseo, hasta la cocinera, el entrenador de perros y la maestra Isabel que, en el àrea de Rehabilitaciòn inclusiva enseña a sus alumnos a readaptarse a su nueva realidad, con clases de cocina, computación y costura; ese mundo de los ciegos se torna más cercano para los visitantes.
Ahora es el jardín el punto de reunión y ahí Silvia explica que en la escuela se ofrece entrenamiento especializado de perros guía, se capacita a personas con discapacidad visual en el manejo de sus perros guía (formación del binomio), se da puntual seguimiento a binomios graduados y se contempla la jubilación del perro a los 10 años.
Y precisa que “todos los perros que, en su mayoría son de raza labrador y golden retriever, o cruza entre ambas, porque tienen cualidades excepcionales, se donan sin costo alguno. Sin embargo, para que esto sea realidad se requiere de patrocinios, de donaciones económicas o en especie; de ahí que los apoyos que reciben “siempre son de gran ayuda, como el que nos otorga Thankful Dog (El Perro Agradecido) y Fundación Grisi con la campaña Enlazados”, dice en medio del jardín donde los canes son adiestrados y Kity posa para las cámaras y se deja acariciar.
Constanza Linares, Directora de la Fundación Grisi, se une a la plática que ofrece la anfitriona y explica el objetivo de la campaña que han diseñado para sumarse a la causa de la escuela: “EnlazaDos no solo quiere impulsar las donaciones, apuesta por generar un cambio de conciencia. Es una campaña de comunicación emotiva que habla sobre la inclusión y la responsabilidad social que tenemos con las personas con discapacidad visual y sus perros guía”.
Y Silvia vuelve a reiterar “pues me parece muy bien, porque lamentablemente en México nos falta mucho por hacer, en cuestión de respeto a las personas con discapacidad, como somos los ciegos”.
Ayumi Kamata, Subdirectora de Marketing Farma & Pet Care de Grupo Grisi, también se suma a la charla para destacar la importancia de apoyar la causa.
“Siempre hemos visto a los perros como fiel amigo del hombre y la alegría de la casa. Sin embargo, con EnlazaDos vamos más allá al demostrar la forma en que un perro puede ser la ayuda incondicional y convertirse en los ojos de una persona, lo que cambia por completo el concepto de mascota, para convertirlo en la palabra binomio (personas ciegas - perros guía), y esto nos pareció maravilloso en Grisi Pet Care, porque las palabras amor, respeto y responsabilidad cambian completamente de sentido”.
Tras el recorrido por el hospital que hay en la escuela, donde se practican cirugías y se da consulta externa a perros y gatos, “para ayudarnos a la manutención de la escuela”; y las habitaciones, "donde se instala alas personas que capacitamos, pues tienen que estar en relación con sus próximos compañeros” durante poco más de 20 días como parte del proceso para crear el binomio; el cierre de la experiencia culmina con la clase de braille, el lenguaje de los ciegos.
Esa última actividad vuelve a emocionar a los invitados, quienes coinciden al interesarse en aprender el lenguaje y en proyector la gran lección que les ha dejado la experiencia en la escuela, como se puede leer en las reflexivas oraciones que han escrito en braille.
Claves
Los números
- El costo de un perro desde que nace hasta que está listo para ser guía es de 500 mil pesos, por lo que es necesario el apoyo a la causa de la escuela, a travès de las visitas guiadas, donaciones, la consulta que se ofrece a perros y gatos.
- A la fecha, han rehabilitado a más de 200 personas con discapacidad visual y a sus familias
- Han formado 138 binomios, pues de acuerdo a la experiencia cada año hay 6 perros listos para hacer binomio.
- Thankful Dog (El Perro Agradecido) con apoyo de Fundación Grisi ha realizado donación de productos y ha hecho remodelaciones en dormitorios y áreas de baño de los perros guía.
- Las personas que requieran información sobre los servicios que brinda la escuela pueden recurrir a perrosguia.org.mx