La alimentación de nuestras mascotas es un aspecto que, a menudo, se subestima, aunque es sabido que las croquetas formuladas específicamente para perros proporcionan una dieta equilibrada y adecuada, muchos dueños aún optan por alimentar a sus mascotas con sobras de comida casera.
Estos alimentos, que pueden parecer inofensivos o incluso apetecibles para los animales, pueden ser sumamente peligrosos y, en algunos casos, llevar a consecuencias fatales.
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¿Qué alimentos pueden dañar la salud de mi mascota?
La Dra. Andrea Bernal explica que, aunque los perros son omnívoros, es decir, pueden comer tanto carne como vegetales, muchas personas asumen erróneamente que su sistema digestivo puede procesar la comida casera de la misma manera que los humanos.
Esta suposición es peligrosa porque, aunque algunos alimentos son saludables para nosotros, pueden ser perjudiciales o incluso tóxicos para los perros.
Las "rutas metabólicas" se refieren a los procesos bioquímicos que el cuerpo utiliza para descomponer y absorber los nutrientes de los alimentos.
En los perros, estas rutas son diferentes a las de los humanos, lo que significa que su organismo no maneja ciertos alimentos de la misma manera.
Por ejemplo, las salchichas, que a menudo se dan como premios, y otros alimentos como los huesos de pollo, el jamón, las semillas de manzana y el aguacate, pueden causar problemas de salud en los perros.
Además, existen otros alimentos que representan un riesgo significativo para las mascotas, como el chocolate, la cebolla, las uvas, la cafeína, el caldo de pollo condimentado, el ajo, y alimentos en mal estado, como los que encuentran en la basura.
También hay que considerar los peligros asociados con productos químicos como herbicidas, plaguicidas e insecticidas, y algunas plantas de jardín.
Estos problemas pueden variar desde malestares digestivos hasta situaciones más graves, como envenenamiento o lesiones internas.
Por eso es crucial alimentar a los perros con alimentos que sean seguros y adecuados para ellos, y no asumir que lo que es bueno para nosotros también lo es para ellos.
¿Cómo actuar ante una posible intoxicación?
La gravedad de la intoxicación dependerá de la cantidad de sustancia ingerida y del tamaño del animal. Los síntomas comunes incluyen vómitos, diarrea, temblores, salivación excesiva, encías pálidas y cambios en el comportamiento.
Es vital acudir a un veterinario ante la sospecha de intoxicación. Sin embargo, si no es posible recibir atención inmediata, se puede inducir el vómito en las primeras dos horas tras la ingestión, siempre y cuando se tenga claro qué fue lo que el perro consumió.
"Inducir el vómito es recomendable solo si el perro ha ingerido algo potencialmente tóxico como chocolate, uvas, medicamentos humanos o plantas venenosas. La mejor manera de hacerlo es administrando agua oxigenada con una jeringa, a razón de 15 ml por cada 5 kilos de peso del perro. Si el perro no vomita en 15 minutos, se puede repetir la dosis, pero no más de dos veces", sugiere la Dra. Andrea.
Es fundamental no inducir el vómito si el perro ha consumido sustancias corrosivas, derivados del petróleo, objetos afilados, o cualquier cosa que pueda causar más daño al ser vomitada. Tampoco se debe intentar si el animal está inconsciente, tiene convulsiones o dificultades para respirar.
"La salud de nuestras mascotas depende en gran medida de nuestra conciencia y responsabilidad como dueños. Informarnos y hacer elecciones seguras en la alimentación y cuidado de nuestras mascotas puede prevenir malas experiencias y garantizar una vida larga y saludable", concluyó la Dra. Bernal.