Situado sobre una de las avenidas más emblemáticas del oriente de Aguascalientes, se encuentran los Baños Termales de Ojocaliente, uno de los puntos turísticos obligatorios durante la visita al estado desde hace más de 150 años.
Aguascalientes recibe su nombre por los 16 manantiales de aguas termales que salían por la región, de los cuales, solo quedan dos y uno de ellos es el que alimenta el predio del Ojocaliente, que aloja un edificio del siglo XIX que desde entonces, daba servicios de baños y aseos para la población de antaño.
El estado mostraba crecimiento, hasta que se llevaron 3 obras de gran importancia como la edificación de un parián, la celebración a partir de 1828 de una feria anual de comercio (hoy la Feria Nacional de San Marcos) y la construcción del Jardín de San Marcos en 1831.
Desde el siglo XIX el manantial de la Hacienda Ojocaliente provee a dichos baños, siendo famosos por sus propiedades curativas de reumatismo y artritis, hoy conocidos como los Baños Termales de Ojocaliente.
El agua se extrae de una de las venas que alimentaba dicho ojo de agua, a poco menos de un kilómetro de los baños, llegando hasta las tinas a una temperatura de entre los 32º hasta los 38º.
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