Prismas de Huasca de Ocampo: basalto y luz

Estas columnas, resultado del enfriamiento acelerado de la lava hace millones de años, son una de las 13 maravillas naturales de México.

Los Prismas Basálticos son formaciones rocosas de caprichosas estructuras geométricas (Notimex)
Notimex
Huasca de Ocampo /

Únicos en México, los Prismas Basálticos, formaciones rocosas de caprichosas estructuras geométricas, adornan las paredes de la barranca de Santa María Regla, en Huasca de Ocampo, Hidalgo, el primer pueblo mágico nombrado en el país.

Estas columnas, resultado del enfriamiento acelerado de la lava vertida durante un derrame hace millones de años, son hoy en día, una de las 13 maravillas naturales de México y uno de los pocos sitios así en el mundo, pues sólo existen en Islandia, Escocia, Irlanda, Australia y Estados Unidos.


Ya sea que el visitante se abra camino abajo, por un sendero del bosque que colinda con la Hacienda de Santa María Regla, o entre por el Parque de los Prismas Basálticos, la vista espectacular de unas paredes altas y de roca basáltica inundan su mirada de asombro e incredulidad.

En la barranca de Alcholoya, y acabado el sendero, se puede llegar a una pequeña laguna que converge en una cascada que cae a los pies de estas hermosas paredes, mientras que desde arriba, se tiene la vista opuesta, pero igual de asombrosa.

Cruzar además un puente colgante a una altura de hasta 40 metros con cámara en mano, le da al visitante una visión inigualable de estas paredes que parecen hechas por la mano del hombre y por las que caen cuatro cascadas que provienen de la presa de San Antonio Regla.

Pero estas formaciones son el resultado de un proceso de enfriamiento acelerado de lava vertida y ofrecen una increíble e impactante vista de lo que puede lograr la naturaleza con el paso de los años.

Abajo, en la base de los prismas, el juego de luces de los arcoíris formados por el paso de la luz solar a través de las cascadas que bajan por estas paredes, hace que decenas de turistas intenten llevar una pequeña porción de esta magia de color en sus cámaras fotográficas, en su mente y en su alma.

Y pareciera que las historias de duendes y objetos mágicos que inundan los bosques de esta barranca y que se escuchan todas las noches entre los lugareños, toman forma y se hacen presentes en cada uno de esos absortos e iluminados rostros de los turistas.

Y custodiando los prismas, se encuentra dentro de la barranca la Hacienda de Santa María Regla, fundada en 1760 por Pedro Romero de Terreros, Conde de Regla, autonombrado así en homenaje a la Virgen de Regla.

Fue la persona más rica de la Nueva España, y construyó exclusivamente esta hacienda como lugar de trabajo de los metales preciosos que extraían de las minas en Hidalgo, relata Gustavo, uno de los guías de turistas que narra a los visitantes la historia de esta antigua construcción.

Señala que el Conde de Regla hizo de esta barranca un lugar de descanso y trabajo, pues a un costado se encuentra la Hacienda de San Miguel Regla, lugar donde vivió la mayor parte de su vida.

En medio de estas dos haciendas se encuentran los Prismas Basálticos, rodeados también de zonas boscosas que destacan la belleza del México de ayer, de hoy y de mañana.

Así, en el Pueblo Mágico de Huasca de Ocampo, ubicado a poco más de hora y media de la Ciudad de México y a 38 kilómetros al noroeste de Pachuca, el parque recreativo de los Prismas Basálticos ofrece a sus visitantes un ambiente cálido familiar en un clima templado semifrío.


A Huasca de Ocampo la naturaleza le da la razón, por su significado en Náhuatl como el “lugar de pájaros, agua y vegetación”, pues redondea a la perfección la conjunción de magia y misticismo, que hacen de este lugar un poderoso centro de atracción turística.

REPL

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