Argentina y Croacia han vivido de manera muy contrastante el transitar de un Mundial a otro. En Rusia 2018 se vieron las caras en lo que fue la segunda jornada de competencia dentro del Grupo D. El 21 de junio, el conjunto balcánico -con Luka Modric e Ivan Rakitic en plenitud futbolística- le dio una de esas lecciones dolorosas a la albiceleste, que con 3-0 aparatoso precipitó la revolución al interior de su plantilla y el rompimiento con su entrenador Jorge Sampaoli. Lo demás fue historia: los croatas llegaron a la final, misma que perdieron frente a Francia, mientras que los argentinos fueron eliminados por los galos apenas en los octavos de final.
Argentina tardó en sanar. Se tomó un tiempo para convencerse que Lionel Scaloni, quien había tomado a la albiceleste de manera interina, era el indicado para ser el responsable del proceso mundialista y no erró en esta decisión. El conjunto argentino llegó sólido a Qatar, con el título de la Copa América bajo el brazo, y la etiqueta de máximo favorito.
Ya en el torneo las dudas afloraron por la sacudida que le propinó Arabia Saudita y la etiqueta se le cayó por completo; sin embargo, conforme fueron pasando los partidos, se recuperó y mostró la mayor ferocidad contra Países Bajos. Sí, ahora no es el máximo favorito, pero otra vez vuelve a estar en las quinielas.
El verdadero Caballo Negro
Durante la última década, el ranking de la FIFA le rindió pleitesía a una selección que nunca terminó por explotar: Bélgica. Ignorando a otra que volvía a tener una generación dorada, quizá más grande que la que ya había maravillado en Francia 1998. Sí, Croacia sin reflectores de por medio se armaba para tratar de trascender en la Copa del Mundo.
Mientras todos hablaban de los belgas como el Caballo Negro europeo, a la expectativa de que trascendieran en Brasil 2014 (cayeron en cuartos de final), Rusia 2018 (fueron terceros) o finalmente en Qatar 2022(se quedaron en fase de grupos); nadie reparó que Croacia después del descalabro de 2014, en la que no superó la primera ronda, se propuso a no cometer los mismos errores.
El tiempo trajo como premio el subcampeonato en Rusia 2018 y ahora las semifinales de Qatar 2022. Quizá el verdadero caballo negro europeo estuvo siempre en los Balcanes.
Lionel y Luka
De 2008 a 2021, Lionel Messi y Cristiano Ronaldo eclipsaron a cualquier jugador que intentara disputarles la etiqueta del mejor del mundo. En este lapso se repartieron los Balones de Oro y los elogios de una rivalidad sin precedentes.
Ahí bajo la sombra de Cristiano, Luka Modric empezó a crecer en el Madrid como su verdadero motor. Se fue Ronaldo y el croata no dejó de ganar títulos con el conjunto madrileño, al grado que su magia le alcanzó para meterse entre los Balones de Oro de estos dos fenómenos, gracias al Mundial de 2018.
Luka es el único extraño en la época de dominio de este irrepetible binomio. El croata, con un juego elegante y efectivo, ha guiado a su selección al protagonismo. Y como en los mejores tiempos del Madrid-Barcelona, enfrente tendrá a Messi, a quien le puede hablar de tú a tú.
FCM