Para muchos, el Mundial de Chile de 1962 es uno de los más especiales para la Selección Mexicana. Y no porque se haya llegado más lejos que en ninguna otra edición (de hecho se quedaron en fase de grupos), pero de las cuatro participaciones que se llevaban hasta el momento (cinco, si contamos Chile), la de 1962 fue la más importante, ya que supuso un desarrollo importante para el combinado en competencias de este tipo: la primera victoria.
Sí, fue en el país sudamericano donde México ganó un partido mundialista, ante uno de los rivales más duros y que, en el papel, muchos hubieran pensado que significaría una derrota más para la escuadra mexicana.
Y es que ese Mundial se vivió diferente, pues dejó buenas sensaciones entre los aficionados. Había un cambio de mentalidad importante y se veía venir ese estirón tan necesario.A Brasil se le jugó al tú por tú y Antonio la Tota Carbajal mantuvo la valla invicta en la primera mitad, hasta que Pelé y Zagallo le dieron el triunfo a la Canarinha.
Contra España, México también mostró resistencia y valor como no se había visto en las otras participaciones. Parecía que el empate iba a ser una recompensa justa, pero Joaquín Peiró acabó con la esperanza mexicana en el minuto 90’. Eliminados, el Tricolor dirigido por el legendario Ignacio Trelles solo aspiraba a un gran resultado por el orgullo.
Así sucedió. El rival fue Checoslovaquia, un país que derrotó 1-0 a España en la primera jornada y que empató sin goles ante Brasil, aún cuando los europeos estuvieron más cerca del triunfo que los sudamericanos.
Con todo en contra, México tuvo el escenario más adverso posible cuando Václav Masek abrió el marcador a los 15 segundos de comenzado el partido, tras meterse por la derecha, quitarse la marca de Del Muro y Sepúlveda y provocar la salida de la Tota para clavar el balón.
Parecía que la historia iba a ser la misma. Pero los del Tricolor no se iban a rendir así de rápido. Isidoro Díaz Mejía fue el encargado de responder por México. Fue en una descolgada de Chava Reyes que Fello Fernández y Alfredo de Águila hicieron pared, este último se la pasó al Chololo Díaz, quien solo la empujó para el empate a los 12 minutos.
Los checoslovacos presionaron, pero la defensa mexicana se movió hacia al frente por orden técnica de don Nacho Trelles, con lo que obligaron ataques a distancia de Checoslovaquia. Pluskal casi recupera la ventaja para los suyos, pero su cabezazo fue bien defendido por Carbajal.
A los 29 minutos, Del Águila robó el balón, se quitó dos defensas y disparó para abatir al portero Schoroiff. 2-1 a favor de México. Nadie lo veía venir. Con la presión encima, Checoslovaquia comenzó la segunda mitad con fuerza, con la urgencia de empatar y recuperar la delantera en el marcador.
En los minutos finales, parecía que los europeos se acercaban para el empate, pero Díaz se adentró por el lado izquierdo en un contragolpe y Lala cortó ese balón con la mano dentro del área. El árbitro marcó el penalti y Héctor Hernández lo cobró con eficiencia. A los checoslovacos no les dio tiempo de buscar esos dos goles. El partido terminó y 10 mil 648 espectadores reunidos en el estadio Sausalito de Viña del Mar apreciaron la primera victoria de México.
No se avanzó a la siguiente fase, pero aquella victoria sentó un primer precedente en el desarrollo futbolístico de nuestra selección. Checoslovaquia llegó a la final y la perdió 3-1 ante Brasil. Así de trascendente fue ese resultado: se le ganó al eventual subcampeón.
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