América cerca de liguilla tras vencer al Puebla en el Azteca

Las Águilas regresaron a la senda del triunfo al imponerse 2-0 a la Franja en el Coloso de Santa Úrsula

Nicolás Castillo, jugador del Club América (Imago 7)
Higinio Robles
Ciudad de México /

América levantó la cara con lo justo, solo eso. Volvió a ganar y se mantiene en la zona de Liguilla, pero el crecimiento futbolístico no termina por llegar, por eso los tres puntos tienen un alto valor, porque sigue en la pelea por la parte alta a la espera de que venga la mejora de rendimiento. Eso sí, recupera de la mejor manera a Nicolás Castillo (autor de un gol). Y, también, Guillermo Ochoa pudo dejar por primera vez su arco en cero. Un 2-0 que devuelve cierta tranquilidad.

Fue un partido duro para América, y no porque Puebla haya sido un rival que haya venido a apretar en demasía a las Águilas, sino que éstas fueron una escuadra más contemplativa que agresiva. El cuadro de Coapa no transmitió de inicio esa necesidad de una victoria, fue un equipo pasivo y no uno amenazante.

De hecho, se salvó en un par de ocasiones porque La Franja se dio cuenta de la actitud de su adversario y dio un paso al frente. Brayan Angulo se convirtió en la principal herramienta de ataque para los poblanos por el flanco derecho, donde Paul Aguilar no lograba ponerle el alto.


Puebla fue metódico, llevó el partido a su ritmo y tuvo dos ocasiones claras para abrir el marcador, la primera cuando Cavallini controló la bola y recortó, pero su tiro lo tapó Roger Martínez; sí, uno de los hombres que tendría que inquietar al rival era el que mantenía el cero.

No reaccionó América, que mantuvo esa parsimonia y volvió a respirar cuando Angulo penetró por la derecha y mandó un centro que Tabó remató con la cabeza, pero la pelota se fue raspando el palo izquierdo de Ochoa, quien ya estaba fuera de combate.

A la media hora de juego las Águilas no habían inquietado a Vikonis, no se le veía esa determinación, tampoco funcionaban los esfuerzos individuales, porque cuando parecía que uno podía despertar, el compañero llegaba tarde a la acción o el centro acababa en una zona sin sentido.

Roger buscaba por izquierda, pero el colombiano conducía de más o fallaba en el acompañamiento. Lo mismo pasaba con Renato. Y Benedetti pasaba sin pena ni gloria, el Poeta parecía haberse dado una licencia, porque ni siquiera olía la pelota y cuando la llegaba a tener, no encadenaba juego. Fue tan gris su partido que ya no salió para el segundo tiempo. Era tan estéril el ataque amarillo que apenas generó un tiro de Roger que Vikonis apagó sin problemas.

El Piojo cambió la dinámica, mandó a Andrés Ibargüen en lugar de Benedetti, y se vio una postura más incisiva que en el primer lapso. Incluso Ibargüen marcó, pero fue anulado por fuera de juego. Y luego se perdió una clara en un centro de Renato que cabeceó por un costado.

Vino entonces el regreso de Nicolás Castillo. Y el andino tuvo la llave, apenas llevaba unos segundos en el campo cuando Roger se asoció con Henry y éste hizo una buena jugada en el área, quitándose a su rival y después habilitando a Nico que la mandó al fondo al 64’. Se quitó todo el estrés América, que ahora debía hacer lo que tampoco le había salido en otras ocasiones: conservar la ventaja.

Vikonis le negó el segundo a Henry en dos ocasiones. Y Tabó dejó el empate en el travesaño. Hubo más espacios e Ibargüen marcó el segundo que amarró el partido. Primer match ball ganado para América, solo eso y no más.


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