América Femenil tuvo la fortuna de empatar en tiempo de compensación, mucho premio para un equipo que apenas y tiró a gol en el juego contra Mazatlán. Las Águilas están atoradas, no se les ve una idea como en el pasado, una situación que inquieta a Leonardo Cuéllar, el entrenador de las azulcrema habló claro al final del partido sobre lo pobre que lució su escuadra en ataque.
“El equipo trabaja mejor durante la semana, se siente su crecimiento, pero estamos dando ventajas en los partidos, no estamos metidos en la competitividad, no está compitiendo con un equipo que sabemos que nos va a raspar, que está motivado; nuestros principios son muy malos, hablamos de ello, tratamos de corregirlo para que entremos con más intensidad, y al no hacerlo, el rival nos compite y destruye lo que queremos hacer y empieza a jugar futbol, no entramos ni en la competitividad ni a jugar futbol”, dijo.
El timonel de las Águilas agregó que esa situación no solo es futbolística, también mental, porque las jugadoras empiezan a presionarse en el juego y eso deriva en hacer malos partidos. “Estamos muy atorados en nuestro accionar y empezamos a atorarnos en nuestra mente, hay algunas acciones ridículas en los pases y en las recepciones y eso es una señal de que nos ha atrapado la presión y sentimos el juego fuera de control, no nos sentimos bien individual y colectivamente”.
Reconoció que haber logrado un punto en el tiempo añadido fue un premio muy grande. “Nos sacamos la lotería al final con el empate, porque lo único que hicimos fue empujar como un equipo sin idea, tendré que sacudir algunas de las cosas que estoy pensando que el equipo puede hacer, ya lo hice la temporada pasada, estoy queriendo que hagan un futbol que no estamos listos para hacer”.
Sobre el tema mental apuntó que trabajará con las jugadoras para liberar esa tensión, porque ellas cuentan con todas las herramientas para no entrar así a la cancha.
“Hay un proyecto bien apoyado tienen sus clases de coaching individuales y colectivas en la semana, pero nos está pesando la competencia, a las líderes que ya tienen dos o tres temporadas que deberían ser las guías, también les está pesando, entiendo la transición, y no debemos apretar el botón de pánico, sabemos que la afición va a exigir más, hay que trabajar y recuperar la confianza individual para que lo colectivo sea más funcional”.
HRL