Roger Martínez inició el 2020 en el palco, se entrenaba con el resto de sus compañeros, pero no entraba en las convocatorias. El colombiano cerró el 2019 diciendo que quería irse a Europa y pedía que la dirigencia de América aceptara una oferta por él.
El asunto es que nunca hubo tal, y la que llegó, siempre estuvo lejos de satisfacer las expectativas del club, así que desde la cúpula directiva se determinó que no integrara la nómina de los partidos. Los altos mandos no comprendían que alguien saliera tan campante a pedir su salida. Si llegaba el dinero se iba, si no, su sitio sería el palco.
Hubo un interés del Inter de Miami, pero ese destino no seducía a Roger, en su cabeza estaba Europa. No cambió nada. Los partidos avanzaban, y él los veía desde la grada. El tiempo se agotó, el mercado de pases cerró y nunca se consolidó la salida.
Su destino estaba echado, pero las múltiples bajas de América llevaron a pedir una tregua, la directiva habló con el dueño para que se le levantara el castigo, porque en ataque no había parque y se necesitaba de toda la ayuda disponible, así que recibió el perdón.
Fue la novedad en la convocatoria para el juego de la Jornada 9 contra Pumas en Ciudad Universitaria, el 6 de marzo, tuvo sus primeros minutos, entró de cambio y jugó 27 minutos, pero evidenció que le faltaba el feeling del terreno de juego. Contra Cruz Azul, en la Jornada 10, también ingresó de relevo y solo participó 13 minutos. Se canceló el torneo y se fue a casa.
Con el pie derecho
En el confinamiento, Roger pensó las cosas, entendió que, aunque tenga la idea de marcharse, lo mejor es no externarla. Miguel Herrera habló con él, le señaló que cuenta con él, que es un jugador importante. Hubo un pacto de trabajo, borrón y cuenta nueva. Pero en los juegos de pretemporada tampoco se exhibió de buena manera.
El arranque del Guard1anes 2020 llegó para las Águilas en Pachuca, Roger apareció en el cuadro titular, pero con la sorpresa de que jugó pegado a la banda derecha, el Piojo buscó que fuera un jugador explosivo, que acarreara la pelota con su potencia, pero en el primer tiempo tuvo poca implicación, porque a América le costó la tenencia y apenas encadenó juego ofensivo.
Todo cambió en el segundo tiempo. Roger fue el agitador del equipo. Intervino de manera capital en acciones puntuales. Apenas arrancó el complementó desbordó por su banda, entró al área y exigió al portero Ustari con un tiro con la pierna derecha. Él fue quien recibió la falta que (de manera exagerada por el árbitro) provocó la roja de Jorge Hernández, esa acción cambió el partido, América dio un paso al frente.
Y en otra de sus arrancadas, llegó hasta el área grande, sacó un tiro débil que perdió fuerza al tocar a un defensa tuzo, pero el balón lo rescató Viñas y pudo marcar el primer gol de los azulcrema. Roger tenía los minutos más fulgurantes del 2020. Se fue del campo al 75’, machacado por los rivales, fue el rival que más faltas recibió, seis en total.
El colombiano fue el que más regates completó: cinco. El que más duelos ganó: 14. Dio 18 pases y su precisión fue del 72 por ciento. Es cierto que es el primer partido, pero si Roger Martínez es capaz de mantener ese rendimiento, el América habrá ganado un jugador que llevaba muchos meses extraviado.
“Lo veo metido y concentrado en lo que quiere, me parece que fue pieza fundamental, le dieron muchas patadas y lo tuvimos que sacar porque sufrió muchos golpes, sale por un rodillazo en una de las piernas, por eso lo descansamos, pero fue pieza fundamental para marcar diferencia, esperemos que mantenga ese nivel y que siga conectado”, dijo Miguel Herrera sobre el colombiano.
JMRS