Los porteros tienen ese don de ser héroes en cualquier momento, no se sabe en qué momento volarán por los aires para evitar que esa pelota se cole por la escuadra, o en qué instante dejarán caer su cuerpo en otro lance bajo para tapar ese remate que busca el ángulo inferior. Tienen reflejos de gato cuando alguien no es capaz de explicar quién sabe cómo evitó que la pelota cruzara la línea de gol.
Todo buen equipo que aspire a ser protagonista debe contar con un portero de garantías, tipos que desde lejos intimiden a los rematadores, que su sola presencia transmita un halo de seguridad. En el caso de América y Cruz Azul cuentan con ellos. Las Águilas con Guillermo Ochoa y La Máquina con Jesús Corona. Dos de los mejores bajo palos en la Liga Mx, dos de los mejores de los últimos años.
Guillermo Ochoa es el modelo ideal del americanismo: criado en casa, campeón, exportado al exterior, seleccionado nacional y la vuelta de las raíces. Todo lo ha logrado el arquero, quien regresó a Coapa en el Apertura 2019. Convertido en capitán del equipo, es un arquero que transmite garantías bajo palos, con atajadas que le han robado la sonrisa a muchos delanteros. Aunque de Memo siempre se ha dicho que le cuesta mucho la salida, se ha mantenido como uno de los mejores arqueros de México, al punto de que Gerardo Martino lo tiene como el titular en la selección nacional.
Jesús Corona es un estandarte de Cruz Azul, llegó a La Noria hace más de 10 años, desde entonces es un punto de referencia cuando se habla de La Máquina, es un portero con buen juego aéreo y también bajo palos, con carácter para salir adelante en situaciones adversas. Su único pendiente ha sido el torneo de Liga, el cual se le ha negado como toda la institución. Chuy es sinónimo de seguridad. A nivel internacional puede presumir de tener el logro más grande que ha logrado el futbol mexicano: la medalla de oro de los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
Ochoa ha recibido 6 goles en el campo de juego (los 3 de Atlas fueron adjudicados en la mesa). Un promedio de 0.5 por partido. A los 35 años vive un momento de plena madurez, se le nota cada vez más solvente y la palabra retiro aún no se asoma en el mediano plazo. Sabe lo que significa este tipo de partidos y suele estar a la altura de la exigencia. Tendrá la misión de tapar lo que chute Jonathan Rodríguez y compañía, un reto hecho a su medida.
Corona ha permitido 7 goles en los 13 partidos que ha jugado, su promedio es de 0.5 por partido. Cuenta con 40 años y es un veterano de guerra al que le hace falta la condecoración más grande en la Liga Mx. América se le ha atravesado en varias ocasiones para frustrar tardes de gloria. El sábado vivirá un duelo especial, pues si frena a la mejor ofensiva y su equipo gana, impondrán un nuevo récord de victorias en el futbol mexicano. Las esperanzas de llegar a mayo y levantar la copa al cielo pasan porque Chuy mantenga el nivel que ha mostrado en el último año. El primer paso, de nueva cuenta, es en el Azteca ante las Águilas.
HRL