Desde hace unos meses, cuando Fernando Ortiz fue nombrado entrenador interino de América, al argentino no se le movió el mundo, al contrario, siempre supo en dónde y bajo qué condición se encontraba, nunca perdió de vista eso, así se lo transmitía a su entorno y al equipo.
Los detalles fueron marcando la personalidad del Tano en el club, muchos de ellos destacados en las altas esferas y esos mismos gestos le permitieron ir ganando votos para la renovación. Fernando trabajó en lo futbolístico en el campo de juego y en el entorno, que muchas veces suele devorar a varias personas y más en un club como América.
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Cualquiera hubiera pensado que desde el primer momento que fue nombrado, el Tano hubiera entrado por la puerta grande a Coapa, pero no fue así; Fernando Ortiz se mantuvo cauto, no perdió el piso y muestra de ello es que hasta el último día del torneo anterior el técnico seguía dejando su automóvil en el estacionamiento de fuerzas básicas, porque figuraba en el organigrama de esas categorías, así que entraba por la Puerta 3 siempre y de ahí se movía al interior del club hasta el sitio de entrenamiento del primer equipo. Nunca dejó de estar al pendiente del equipo Sub 20 que era el conjunto que dirigía, se alegró de ver que los chicos avanzaron hasta lograr el título, pero nunca reclamó un ápice de ese crédito.
Ese paseo y ese recorrido diario le permitían mantener claro el papel que ocupaba y por eso siempre decía que era un privilegio estar al mando del equipo. Y a los jugadores se los fue ganando también con detalles, dentro del vestuario se habló de ese detalle de no estacionar donde lo hacían todos, veían que no era un tipo ambicioso.
Luego fomentó la unidad y les habló claro, tenían que exprimirse en los entrenamientos para poder jugar, cuando se quedó en México y no viajó a Argentina tras el fallecimiento de su madre, también fue valorado y todos los jugadores se alinearon a él.
Ahora, hay algunas cosas que cambiarán, de entrada, el hecho de que ahora Fernando ya sea entrenador oficial, lo llevará a tener su lugar en el estacionamiento del primer equipo, pero eso es algo que ya ha asumido, aunque hay detalles que no cambiarán, el Tano sigue siendo cercano al equipo, pasea en bici en la pretemporada y el mensaje no cambia, se siente un privilegiado, pero ahora sabe que la exigencia es muchísimo más grande.
MGC