Desde su llegada a la Liga Mx, Jesús Orozco Chiquete y Emilio Lara han llamado la atención por el gran potencial que demuestran tener al ser canteranos de Chivas y América respectivamente. Sin embargo, en el Apertura 2023 la realidad que viven ambos defensas es prácticamente opuesta, lo que pone en duda su protagonismo para el Clásico Nacional.
Emilio Lara Contreras debutó con el primer equipo de las Águilas el 6 de noviembre de 2021, en un empate sin goles ante Rayados de Monterrey y rápidamente generó sorpresa entre los aficionados por sus cualidades al desempeñarse como lateral o defensor central.
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Tal fue el impacto del juvenil americanista que un mes más tarde recibió su primer llamado para representar a la Selección Mexicana, terminando de consolidarse como una promesa emocionante que en 2023 se haría acreedor del premio que entrega la Federación Mexicana de Futbol al novato del año.
El Guadalajara no se quedó atrás en cuanto a canteranos talentosos se refiere, siendo Jesús Orozco su apuesta para convertirse en el nuevo líder de la defensa rojiblanca. Curiosamente, Chiquete también puede jugar en la lateral o como central, manejando especialmente el perfil zurdo y el juego aéreo.
Lara y Chiquete, frente a frente en el Azteca
Ambos futbolistas han anotado dos goles cada uno en la primera división, siendo el tapatío quien definió el pase de su equipo a la final del Clausura 2023, venciendo a su más acérrimo rival en la cancha del Estadio Azteca.
No obstante, las cosas han cambiado ahora que América y Chivas volverán a verse las caras para el clásico nacional el 16 de septiembre.
Emilio no ha podido sobreponerse completamente de una fractura en las costillas y perdió la titularidad, situación que limitó su tiempo en la cancha al 30 por ciento de todos los minutos posibles en el torneo. Por su parte, Chiquete es una pieza inamovible en el esquema de Veljko Paunovic, por lo que su rol en el partido más importante de la temporada apunta para ser protagónico.
Pese a esto, el futbolista capitalino de 21 años de edad todavía puede reponerse de las duras críticas que le han llegado de parte de su propia afición, esperando su oportunidad para volver a ganar su lugar en las Águilas y el tricolor.
De esta forma, ambas promesas del futbol nacional viven una realidad opuesta para el Clásico de México, otra de las historias que valdrá la pena seguir cuando el balón comience a rodar el sábado a las 21 horas en el Coloso de Santa Úrsula.
SRN