Víctor Garcés, la voz que le susurra a Billy Álvarez

El polémico directivo de Cruz Azul regresó y, de inmediato, dio de que hablar con su confrontación contra Ricardo Peláez.

Billy Álvarez y Víctor Garcés, directivos de Cruz Azul (Mexsport)
Ciudad de México /

El regreso de Víctor Garcés a la vida publica como parte de la directiva de Cruz Azul fue igual de sorpresivo que los anuncios de la renuncia de Ricardo Peláez de la institución y la contratación de Robert Dante Siboldi como nuevo técnico del equipo.

Garcés regresó como a él le gusta: con toda la voz y el voto que le ha vuelto a conferir su cuñado, Guillermo Álvarez Cuevas, para hacer y deshacer en la institución cementera.

Las nuevas generaciones, quizá, no ubiquen a Garcés Rojo, un directivo plenamente ligado no solo a Cruz Azul, sino también a la Federación Mexicana de Futbol, donde llegó a ocupar una posición importante.

Tema de familia

Víctor Garcés Rojo, abogado de profesión, está casado con María Gilda Álvarez Cuevas, hermana de Billy, presidente del Cruz Azul. Un parentesco que, para muchos, le ha dado en demasía al actual vicepresidente del club cementero.

Billy Álvarez ha volcado a lo largo de décadas toda su confianza en Garcés, pero no solo en lo que se refiere al equipo de futbol, sino en los asuntos en general de la Cooperativa Cruz Azul, donde el abogado se desempeñó por mucho tiempo como director jurídico.

La FMF

Víctor Garcés fue pieza importante de la Federación Mexicana de Futbol por muchos años. Ocupó por mucho tiempo la presidencia de la rama de la Primera División, cargo que, en el actual organigrama, ya no existe.

Fue en 2002 cuando Garcés, haciendo fórmula con Alberto de la Torre, ganó por unanimidad la votación realizada por la asamblea de presidentes. Víctor llegó así a ser el mandamás de la Primera División mientras que el tapatío lo hizo como presidente del organismo.

En esa posición, Garcés impulsó el sistema del Draft de jugadores como método para la transferencias en el futbol mexicano. Se podría decir que fue uno de los padres del tan criticado evento donde los futbolistas eran negociados como mercancía y, muchos de ellos, incluso, tenían que esperar una oportunidad de trabajo en las banquetas de los lujosos hoteles donde se realizaba este mercado de piernas.

Su exilio

En 2011, Garcés comentan fue excluido de la Cooperativa Cruz Azul por los desvíos que se afirma realizó en su cargo de director jurídico de la empresa.

A Garcés se le investigaba por malversación de fondos en perjuicio de la cooperativa por alrededor de 400 millones de dólares que habrían afectado a mil 114 miembros.

Esto orilló a Billy Álvarez y al propio Garcés a retirarle el reflector de encima al abogado y crearle un perfil más bajo.

De esta manera, sin que nunca se hiciera oficial, Garcés se alejó del equipo de futbol, dejando que comenzará así la pasarela de directores deportivos que ha circulado hasta el día de hoy para la toma de decisiones.

Incluso, Garcés, en todos estos años, aparecía en los estadios como “un aficionado más”, para apoyar al Cruz Azul, brindó algunas entrevistas y en ellas siempre hubo una constante: sus críticas al director deportivo en turno por no poder acabar con la famosa maldición cementera sin ganar un título.

En marzo de 2019, la organización Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) realizó una investigación en la que denunció que, desde 2016, la dirección general de Cruz Azul autorizó el pago de cantidades millonarias a empresas que facturan por servicios de “consultoría”, “relaciones públicas”, “procesos administrativos” y “manejo de presupuesto estratégico para planes de desarrollo y crecimiento”.

Lo anterior, de acuerdo a MCCI, fue ejecutado por Guillermo Álvarez Cuevas y Víctor Garcés, entre otras personas más que, incluso, de acuerdo al reportaje, tenían la intención de colocar al cuñado de Billy como presidente de la cooperativa.

A principios de agosto del presente año, miembros de la Cooperativa Cruz Azul acusaron a Víctor Garcés de usurpar funciones ya que, según ellos, el abogado se presentaba en las plantas de la empresa afirmando que llevaba los asuntos legales del director general, su cuñado, Billy.

Incluso, se hizo público un audio donde presuntamente es la voz de Garcés entablando conversación con otra persona a la que le confiesa que cuenta con 70 millones de pesos para seguir operando dentro de la cooperativa, a pesar de estar destituido del cargo desde 2011.

El regreso

Hace unos días, un grupo de cooperativistas tomó las oficinas de Guillermo Álvarez Cuevas, ubicadas en Gran Sur, alegando tener el poder legal para hacerlo. Incluso, los quejosos presentaron un documento en que, supuestamente, un juez avalaba la destitución de Billy como director de la empresa.

Se habla de que la presión orilló a don Guillermo a solicitar la ayuda de su hermano, Alfredo, y con quien se encontraba distanciado y peleado desde hace años, y la del propio Garcés Rojo.

Alfredo Álvarez encabezó a un numeroso grupo de cooperativistas a fines a Billy, traídos desde Jasso, Hidalgo, para recuperar el control de las oficinas.

Ahí apareció también Garcés para denunciar la “ilegalidad” de la toma de oficinas, para desmentir la supuesta destitución como director de la cooperativa y también para regresar a la palestra.

Lo que sigue es historia ya conocida. Se habla de pagar favores y es ahí donde Garcés apareció la noche de este jueves con su renovado cargo de vicepresidente del Cruz Azul para anunciar con bombo y platilla a Siboldi como técnico…y también su clara confrontación con Ricardo Peláez.



ZZM

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