Leandro y Verón, prefirieron ser iconos de Pumas que el dinero del América

Aunque las Águilas se empeñaron en buscar al mediocampista y al defensa, ambos prefirieron mantenerse en CU que mudarse a Coapa

Darío Verón y Leandro Augusto, ex jugadores de Pumas (Mexsport)
Ciudad de México /

Los fichajes de América con Pumas fueron algo que detonó la rivalidad de ambos equipos, no se puede olvidar aquella historia de Enrique Borja, quien no deseaba salir del Pedregal, pero la directiva universitaria lo vendió a las Águilas, donde terminó siendo figura e ídolo del conjunto azulcrema.

Fueron más jugadores los que pasaron de Universidad a América, porque entendían que el proceso era buscar una mejora económica y dejar su puesto a otros futbolistas que pedían sitio en el primer equipo, y las negociaciones dejaban un beneficio económico para todas las partes.

Sin embargo, hubo un par de jugadores que resistieron los cañonazos económicos provenientes de Coapa, y priorizaron mantenerse en un club en el que se sentían valorados y en el que dejarían un legado. Fue mucho el tanteo que recibieron, incluso trascendió en su momento que la directiva universitaria ya había aceptado la oferta económica, pero fueron los jugadores los que descartaron cualquier posibilidad de jugar en América.

Cuentan que ambos jugadores priorizaron pasar a la historia de Pumas siendo iconos y que se les recordara como símbolos, a entrar en una página donde fueran recordados como traidores, porque sabían que la afición de Universidad no les perdonaría eso, porque ellos tenían claro que podían emigrar a otro club, pero no al América.

Fueron más de 14 años los que Darío jugó en Pumas, llegó en el Apertura 2003, su primer partido que jugó con la playera universitaria fue ante el América y su primer gol como jugador auriazul también fue contra el conjunto azulcrema, algo que marcó su carrera.

Y el caso de Leandro es algo similar, el brasileño llegó en el 2001, y poco a poco fue consolidándose como líder en el medio campo. La afición en CU coreaba su nombre y aunque no era uno de los capitanes, era de los consentidos por los fanáticos.

Allá por 2005, cuando Pumas recién había ganado el bicampeonato las ofertas fueron constantes, una y otra vez tocaron la puerta y la respuesta fue la misma. No se mudarían de Ciudad Universitaria a Coapa, a los respectivos representantes que los sondearon para el fichaje les quedó claro que hay sentimientos que el dinero de América no podía comprar.

​JMRS

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