Raúl Alberto Salinas fue un ex jugador del América que logró levantar dos títulos con los azulcrema en 2002 y 2005, pero su mala relación con el estratega Víctor Manuel Aguado lo llevó a salir del cuadro de Coapa con destino a uno de sus más acérrimos rivales y que, a la postre, le generó vivir varios meses con miedo debido a la hostilidad con la que fue recibido por la afición de Pumas.
En una charla con aficionados para el canal de YouTube ‘Chepe’, el Bala Salinas como era conocido por su rapidez sobre el terreno de juego, reveló como fue su llegada a los Pumas, club al que eligió sobre Santos y San Luis, ya que tuvo la oportunidad de jugar una Copa Libertadores.
“Fue decisión mía, en ese momento iba a quedar Víctor Manuel Aguado de entrenador; no hubo buena química con él. Yo me acuerdo que estaba de vacaciones y me marca el Profe (Manuel) Lapuente y me dice ‘no vas a entrar en planes estos seis meses con Aguado, pero hay tres equipos que hay posibilidades que vayas: San Luis, Santos y Pumas’. Yo tomo la decisión de ir a Pumas porque iba a jugar otra Copa Libertadores y eran solamente seis meses”, recordó.
EL ACOSO DE LA AFICIÓN DE PUMAS
En aquel entonces la hostilidad de los grupos de animación en Pumas era otra a la que se puede ver hoy en día, incluso ya habían tenido grandes desencuentros con la afición del América y la llegada de un jugador procedente de las Águilas no fue tomada de la mejor forma.
“Sabía dónde me metía, pero a tanto grado, mi familia y mis papás estaban preocupadísimos, uno solamente va a trabajar, a defender la camiseta. Tuvieron que poner una malla para que no me aventaran cosas. Estuve casi dos meses con escoltas de la Universidad, para mí era incomodísimo porque no soy político, era increíble, salíamos del estadio al campo cinco y una camioneta blindada con dos escoltas me dejaban en el campo”, dijo.
LO BUSCABAN EN LOS COCHES DE SUS COMPAÑEROS
Raúl Salinas recordó que tal era el deseo de la afición de Pumas de hacerle daño o insultarlo, que incluso detenían los coches de los otros jugadores del equipo para ver si no iba escondido en las cajuelas.
“Me buscaban en el carro del Pikolín, si no iba escondido en la cajuela, me aventaban cabezas de pollo, muchos saludos a mi mamá, ya te imaginarás, todos gritándote”, señaló.
EL RESPALDO DE LA UNAM Y AMÉRICA
El también ex jugador de Necaxa y Veracruz reconoció que durante el mal trago que vivió en Pumas, siempre recibió apoyo y protección por parte de los universitarios y el América, incluso recordó que las Águilas le propusieron dejar CU antes de tiempo para reincorporarse a Coapa.
“Ya cuando se vinieron las cosas complicadas, tanto América como Pumas me respaldaron al 100 por ciento, ya cuando estaba pasando esto me habló la gente de América y me dijo: ‘sabes qué, Raúl, si estás incómodo o preocupado por tu integridad, puedes regresar, tienes contrato’. Yo les agradecí, tomé la decisión de ir a Pumas y lo voy a cumplir”, dijo.
Raúl señaló que después las porras recibieron una plática con la directiva de Pumas, a quienes se les pidió que “le bajaran un poquito”, aunque hubo una que insistió en el acoso porque “no podía comprender que un jugador de América fuera a Pumas”.