Jonathan Orozco dejó la cancha entre aplausos y ovación generalizada.
El público le reconoció su destacada actuación y el jugador agradeció el gran gesto, feliz porque le volvió a ganar a su acérrimo rival.
El arquero tuvo un altercado con Eduardo Vargas, cuando el chileno anotó y le gritó al de Santos que se callara, lo provocó y ahí se encendió la cosa, incluso el árbitro amonestó al de Tigres por esa actitud.
Jonathan respondió alentando al público a que apoyara más al equipo.
Más tarde, el árbitro marcó por tercera vez en el encuentro un penal a favor de los felinos, de nuevo se paró Vargas para cobrar, queriendo repetir, pero esta vez Jona se lo detuvo, incluso en la contra le paró a Gignac.
De esa forma calló a quien se burló de él y al final le aplaudieron por su desempeño, la gente le coreaba ¡portero, portero, portero!, lo que agradeció devolviendo el aplauso.
Del lado contrario, los numerosos seguidores de Tigres celebraron una vez nada más, pero sus gargantas se fueron ahogando con la efusividad de los laguneros.
Fue una tarde emotiva para la afición lagunera, que disfrutó del partido, de los goles, de las fallas del rival y del triunfo que pone al equipo a un punto del líder Cruz Azul, escuadra que visitará el Corona el domingo próximo, ya que es semana doble y Santos visitará el miércoles a las 21:00 horas a Xolos.
Para Salvador Reyes son dos triunfos en igual cantidad de partidos de liga que lleva al frente del cuadro lagunero, el equipo camina y camina bien en busca del bicampeonato.