Nostalgia pura se sintió en el programa 'Somos Santos', transmitido en vivo desde el TSM, donde se contó con la visita de un histórico del club: Salvador Mariscal, miembro del plantel campeón en 1996 y narró varias de sus vivencias con el conjunto albiverde.
También se tuvo la visita de un departamento importantísimo para el club, como lo es el de fisioterapia.
Mariscal fue el primero en salir a cuadro en un programa que como es costumbre, fue conducido por Daniela Ramos y Raymundo Carrillo.
Recordó aquel equipo del 96, uno que dijo, era una máquina, todos los engranes funcionaban a la perfección.
“Era una máquina, un reloj, todos engranaban, todo lo que es el interés personal se dejó a un lado para llevarnos a un bien común que era el campeonato, se logró y tuve la fortuna de ser campeón con Santos, vine del Atlas, pero por supuesto soy más santista que nada".
El derroche físico del actual equipo es impresionante. “Es impresionante el estadio, los muchachos y el derroche físico que tienen”.
Ahora se dedica a otra cosa lejos del futbol, pero extraña las canchas.
“Extraño jugar por supuesto, extraño en algunos momentos la pasión del Corona anterior, me encantaría ver a la gente un poco más entregada a la actual, porque a veces el equipo se entrega, hace las cosas bien, extraño muchas cosas”, dijo.
En el paso de los años hizo grandes amistades en La Laguna. “Con Jared que vive aquí, Pedro Muñoz, Lupe Rubio y varios más. Pedro es un tipo tan noble que cuando uno termina de jugar, lo que te va quedando son las amistades, y Pedro es un buen amigo, es un hombre noble y lo quiero mucho”, aseveró.
La clave para el éxito del equipo en los últimos años, es el actual presidente, Alejandro Irarragorri.
“La clave fue el presidente que se tiene, sin él no hubiera estado, ni estadio nuevo tendríamos en Torreón, yo soy de la vieja guardia y ahora que veo como están las nuevas generaciones, las instalaciones que tienen, como los cuidan y los tratan, la clave de todo esto es Alejandro”, dijo.
Ahora Mariscal es avicultor, muy atrás quedó el futbol. “Hice el curso de entrenador, sólo ejercí seis meses, mi suegro me encaminó un poco a la avicultura, la engorda de pollo, y poquito después que acabé de jugar, me hice de una granja de engorda, me dedico a eso y estoy contento de trabajar y de hacer eso, me gusta”.
Los tiempos han cambiado, ahora los equipos preparan a sus jugadores hasta en lo académico.
“Todos los futbolistas que dejamos de jugar, tenemos esa duda, no nos preparábamos, ahora ya les exigen preparación académica, no nos dábamos el tiempo de preparanos para el futuro, doy gracias a Dios que tengo trabajo que le gusta y que me da la oportunidad de disfrutar a mi familia”.
Sin embargo sigue al pendiente del equipo. “Yo sigo al equipo de todos modos, en tele y partidos como local, cada vez me da más gusto, verlos compenetrados, ver chavos que llegan a primera, ahora con las fuerzas básicas es un club importante”.
Mariscal ve a Santos bicampeón. “Yo sí lo veo bicampeón, están otros equipos ahí arriba, pero yo sí lo veo que le puede ganar al que sea”.
La Santosmanía en 1996 fue una de sus máximas experiencias de vida. “Nos tocó estar en el hotel en esa santosmanía, son momentos que no se te van a olvidar, los vas a llevar a la tumba y los vas a llevar siempre, uno como los vivió, hay momentos que no puede uno expresarlos pero sí es de los mejor que nos ha pasado”.
Tras la visita de Chava Mariscal se contó con la presencia del equipo de fisioterapia del club, una parte muy importante para prevenir lesiones y curarlas a la brevedad posible.
Para muestra de su trabajo, el conductor Ray Carrillo sirvió de “conejillo de indias” para ser tratado de una vieja lesión en el tobillo derecho.