En su infancia, Guillermo ‘Choque’ Galindo jugaba futbol en la calle, eran tiempos en que el beisbol predominaba en el gusto de la gente del su barrio natal, la colonia Santa Rosa, donde los admirados y dignos de contar sus hazañas eran peloteros que brillaron profesionalmente, como Paco Carrillo, Juan Navarrete entre otros.
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Pero el futbol se apoderó de una generación que cambiaría la vida a muchas familias del rumbo. Sobre la calle Zaragoza y Cuauhtémoc, por las tardes se reunían para jugar futbol un grupo de niños.
Colocaban las porterías con piedras, sintiendo el amor por el futbol que admiraban por televisión, en un barrio que fue cuna de grandes beisbolistas.
Esa camada adoptó el futbol, rompió la tradición de peloteros, desafiando la fidelidad que sus padres sentían por el llamado Rey de los Deportes.
Amor por el futbol
En ese grupo los más constantes eran los hermanos Guillermo y Enrique Galindo, ellos se atrevieron a romper con esa tradición a la familia. Pronto, esos muchachos buscaron un lugar dónde jugar de manera organizada hasta que dieron con la escuela de futbol del Seguro Social, cuyos equipos entrenaban en el campo conocido como ‘Autopop’, adonde acudían a entrenar diariamente trasladándose a pie. Ahí fueron becados diez chicos por el IMSS.
Eran tiempos en que el Seguro Social impulsaba bastante el futbol, incluso tenía equipos profesionales. El Instituto organizaba los Juegos Nacionales y la llamada Selección Laguna participó en ellos, se acudía cada año a una ciudad distinta a competir.
En una ocasión les correspondió jugar en Tlaxcala, donde Guillermo y compañía fueron campeones y con ello otorgaron la franquicia de Segunda División ‘B’ a Gómez Palacio como premio.
Ahí surgió Santos IMSS, del cual el ‘Choque’ Galindo formó parte, jugando la posición de extremo derecho, acompañado en el ataque por Hugo León por lado izquierdo y José Guadalupe Rubio como centro delantero.
Etapa en Segunda ‘B’
Al llegar la franquicia para jugar en la Segunda División ‘B’, fue algo sorprendente, excepcional al encontrarse con la oportunidad de jugar profesionalmente.
De ser jugadores amateur lograron ser campeones en una liga profesional, tras lograr el campeonato contra Pumas ENEP por el ascenso a la Segunda ‘A’.
Santos perdía 2-1 en el primer tiempo, pero al iniciar el segundo empató y terminó dándole la vuelta. La alienación de Pumas en ese partido, la gran mayoría ascendió a Primera, como Marco Antonio Luque, Raúl Servín, Germán Tello, Abraham Nava, Javier Garay, entre otros que a la postre fueron campeones.
“Ser campeones en nivel profesional es otra cosa, lo disfrutamos, le dimos una gran satisfacción a nuestra gente. Luego jugamos un Campeón de Campeones contra Querétaro y le ganamos. Fuimos el líder de toda la división”, expresó Choque Galindo.
Al ascender a la Primera Á’, el primer año fue para el olvido, ya que jugaron la liguilla por no descender a la ‘B’. Al final Santos se salvó, jugó la promoción por la permanencia en Yucatán, donde hacía mucho viento.
“Recuerdo a Jaime Ruiz, muy técnico, que mandó un centro y con el viento el balón tomó efecto y fue gol olímpico, con ese ganamos. Fue la temporada que nos hizo muy fuerte mentalmente y de ahí vinieron cuatro temporadas muy buenas, incluso una vez fuimos superlíderes en la temporada, pero no nos fue bien en la liguilla. En otra nos fuimos atrás del líder León, pero al final no logramos ascender. Fueron cuatro temporadas en los primeros lugares, nos reconocían como un buen equipo”.
Llegada a Primera División
Fue Salvador Necochea, uno de los dueños del equipo, quien dio el aviso a los jugadores sobre la compra de la franquicia.
“Nos dio el comunicado, fue de mucha alegría para la afición, pero no para la mayoría de los integrantes del equipo, ya que sólo fuimos cerca de cinco jugadores los que nos quedamos. Fue triste para aquellos que a pesar de ser buenos jugadores no fueron escogidos”.
Recuerda Guillermo que en Primera División fue difícil al principio, ya que les costó mucho ganar un partido fuera, pero en casa eran auténticos guerreros, de ahí el mote.
“Fuimos adquiriendo experiencia, pagamos el precio, por eso estuvimos a punto de irnos a Segunda. Eso nos formó el carácter a muchos, me tocaron ataques de gente, de la prensa, aquí me ovacionaban y allá me abucheaban. Eso me formó, me sobrepuse, por eso pude jugar nueve años fuera de La Laguna, pues además de las tres temporadas que jugué con Santos en Primera, hubo dos con Correcaminos, una con Querétaro, una con Tampico y una en Querétaro de nuevo. En Primera ‘A’ jugué en Acapulco, Tijuana, La Piedad, en El Paso Texas y con Alacranes de Durango”.
Selección Nacional
Choque fue seleccionado nacional para un amistoso al que no quisieron asistir los titulares, por lo que se requirió a jugadores de la Primera ‘A’ para jugar en Jamaica ante el seleccionado de ese país.
“Fue bonita la experiencia, el estadio lleno, recuerdo que el estadio olía a marihuana. Nos ganaron 2-1 y ahí supimos porqué no quisieron ir los titulares. Qué bueno que perdimos, si no, no habíamos salido vivos”.
Momento más complicado
A lo largo de su carrera hubo un momento que lo hizo pensar en el retiro. Fue cuando sufrió la lesión de pubis.
Se operó en la Ciudad de México con el doctor Heredia de Pumas, duró 15 días solo en un cuarto de hotel, convaleciente, se perdió medio torneo y pensó que no quedaría bien y no podría jugar más.
Pero eso no lo detuvo y aprendió a salir adelante, sobre todo con los consejos que recibió de parte del técnico Rubén Maturano, de quien asegura aprendió mucho, pues nunca se daba por vencido. "Yo siempre lo llevo en el corazón. Él confió al cien por mí”.
Pero además, siente un profundo agradecimiento hacia su familia, hacia su mamá, que en paz descanse, su papá. “Ellos nos formaron, nos dieron esos valores desde la casa a mí y mis cuatro hermanos”.
La partida de Guillermo Galindo de Santos Laguna se derivó de la expulsión sufrida en un partido ante Cruz Azul, un berrinche que la presidencia del club de ese momento no le perdonó y obstaculizó su traspaso al Atlas y por consecuencia su arribo al Correcaminos, donde jugó al lado de los hondureños Raúl Martínez Sambulá y Richardson Smith. Para recuperar su carta tuvo que firmar un acuerdo de jugar dos temporadas en la liga de ascenso. Se retiró en el 2000.
RCM