Aunque los Tigres lograron revertir el mal arranque en su debut del Mundial de Clubes ante el Ulsan Hyundai, con dos goles del francés André-Pierre Gignac, el equipo mexicano se fue al descanso con ventaja de 2-1 sobre el conjunto coreano, pero no sin antes provocar una gran rabieta de su director técnico, Ricardo Ferretti.
Y es que cómo no se iba a molestar el estratega brasileño si el tanto del rival cayó justo en una de sus grandes dolencias históricas: La pelota parada.
Después del cobro de un tiro de esquina, Keehee anticipó a su marcador al primer poste y con un remate con la cabeza dejó sin oportunidad a Nahuel Guzmán; era el 1-0 en contra y había que remar contracorriente.
Entonces las cámaras de TV enfocaron al Tuca, quien desde la banca tenía se notaba su gran molestia y tremendo berrinche por la falta de atención de sus jugadores.
Si Tigres logra capitalizar la ventaja en el marcador, se estará enfrentando el próximo domingo ante el Palmeiras por un boleto en la Final.